Alaska Airlines inmovilizó todos sus aviones Boeing 737-9 el viernes en la noche, horas después de que uno de esos aviones perdió una ventana y un trozo del fuselaje en pleno vuelo obligándolo a realizar aterrizó de emergencia en Portland, Oregón.
El incidente ocurrió poco después del despegue y el agujero causó la despresurización de la cabina. Los datos de vuelo mostraron que el avión había alcanzado los 16.000 pies (4.876 metros) de altura antes de regresar al aeropuerto internacional de Porltland.
La aerolínea dijo que el avión aterrizó con 174 pasajeros y seis miembros de la tripulación a bordo.
“Tras lo ocurrido esta noche en el vuelo 1282, hemos decidido tomar la medida de precaución de inmovilizar temporalmente nuestra flota de 65 Boeing 737-9″, dijo el director general de la empresa, Ben Minicucci, en un comunicado.
Los aviones volverán a volar una vez hayan superado inspecciones integrales de mantenimiento y seguridad, que según Minicucci prevén completar en unos días.
La aerolínea no dijo de inmediato si en el incidente hubo heridos ni qué lo causó.
El avión se desvió unos seis minutos después de despegar a las 17:07, según los datos de seguimiento del vuelo de la web FlightAware. Volvió a aterrizar a las 17:26.
El piloto dijo a los controladores del tráfico aéreo en Portland que el avión había sufrido una emergencia, estaba despresurizado y debía volver al aeropuerto, de acuerdo con una grabación de la web LiveATC.net.
Un pasajero envió una fotografía a la televisora KATU-TV en la que se ve lo que parece ser un enorme agujero en un lateral del aeroplano junto a los asientos de los pasajeros. Un video compartido por la cadena mostraba a gente con máscaras de oxígeno y a pasajeros aplaudiendo al tocar tierra.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte explicó en una publicación en X, antes Twitter, que estaba investigando lo ocurrido durante el vuelo y que ofrecería más información cuando la hubiese. La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) anunció también una pesquisa.
El Boeing 737-9 MAX implicado en el siniestro salió de la línea de ensamblado y recibió su certificación de seguridad hace apenas dos meses, según los registros online de la FAA.
El avión había realizado 145 vuelos desde su entrada en servicio comercial el 11 de noviembre, apuntó FlightRadar24, otro servicio de seguimiento. El de Portland era su tercer trayecto del día.
Boeing dijo estar al tanto del incidente y que trabajaba para recopilar más información, además de mostrar su disposición a apoyar la pesquisa.
El Max es la última versión del vulnerable Boeing 737, un avión bimotor con un único pasillo que suele utilizarse en vuelos naciones en Estados Unidos. Este modelo entró en servicio en mayo de 2017.
Dos Max 8 se estrellaron en 2018 y 2019 y dejaron 346 muertos, lo que llevó a que durante casi dos años se dejase de volar con ese modelo y con el Max 9. Volvieron al servicio luego de que Boeing efectuó cambios en un sistema de control de vuelo automatizado implicado a los accidentes.
El año pasado, la FAA pidió a los pilotos del MAX que limitasen el uso de un sistema antihielo en condiciones secas por el temor a que las válvulas alrededor de los motores pudiesen sobrecalentarse y desprenderse, lo que podría golpear al propio aparato.
Las entregas de los Max se han pausado en algunas ocasiones para solventar errores de fabricación. En diciembre, la empresa pidió a las aerolíneas que inspeccionasen los aparatos para detectar un posible tornillo suelto en el sistema de control del timón.
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