UN BALANCE. Mi balance. Las sombras y los desafios

UN BALANCE. Mi balance. Las sombras y los desafios

Tanto pugnar por definir la vida,
tanto por detener el tiempo breve
por sostener el pulso que nos mueve
por dejar testimonio de la huida.

Y ver la primavera malparida
o el verano febril que nos remueve,
el otoño temblón que nos conmueve
y el invierno en su muerte desceñida.

Después, hacer balance de improviso:
el recuento de pasos, el minuto,
ayer como hoy relámpago sumiso.

Y pagar de rodillas el tributo
que se nos cobra en término preciso
al desprender de la carroña el fruto.
Griselda Álvarez de Ponce de León.

En el artículo de la semana pasada escribí sobre las luces. Hoy quiero hablar de las sombras y los desafíos.
Las sombras:

  1. Comunicación.
    Una de las mayores debilidades del Gobierno ha sido este. Muchas de las ejecuciones del Gobierno se desconocen, ¿saben por qué? porque no se informan. Sin tener que hacer dispendio de recursos colocando grandes y costosos anuncios en la prensa escrita, se pudo haber diseñado una estrategia constante e inteligente de las acciones gubernamentales, la información se ha quedado encerrada en los pasillos del Palacio.
  2. Educación.
    Aunque lo que tuvieron que hacer las autoridades responsables fue montarse en el carril de las urgencias de poner en funcionamiento, sin reflexión y sin planificación alguna, un año escolar a distancia. Terminó, pero no fue exitoso. Muy lejos del discurso triunfalista de sus responsables. Lo único cierto es que finalizó. No sé cómo pudieron evaluarse a los estudiantes y docentes de un proceso que se fue articulando en el día a día. Lo peor es que mientras se “ofrecían” las docencias a distancia, no se repararon los planteles y estamos en el desafío de abrir un año escolar presencial. Por otro lado, las autoridades, inmersas en la inmediatez, no han atendido los problemas esenciales-graves-gravísimos de la educación. ¿El resultado? Estamos sacando egresados que no son más que analfabetos funcionales. Es un problema de larga data, pero la acción debe ser ahora.
  3. Educación superior.
    La Ley de Educación Superior indica que cada cinco años se deberían estar haciendo evaluaciones quinquenales. El proceso se ha prácticamente detenido, y está retrasado.
    Ni en la administración anterior, ni en la actual, existen verdaderas políticas para asegurar la calidad en nuestras instituciones de educación superior, y eso es más que lamentable. Seguimos produciendo profesionales mal preparados, y el sistema universitario, si puede llamarse así, sigue en el laberinto de dar clases, no importa qué ni importa cómo.
  4. Las tres causales y la posición ambivalente.
    La verdad que es un tema espinoso, pero el Presidente no ha defendido su posición inicial. Al ver la reacción de la sociedad, ha dejado que el tema discurra en el Congreso y sus congresistas. Esto ha provocado revuelo en un gran segmento de la población.
  5. Aplicación de tablas rasas en las nóminas.
    No se hizo una evaluación consciente de las nóminas, sino que se cancelaron personas para abrir espacios. Este proceso significó el atropello a muchos profesionales de alto rendimiento que estaban haciendo colaboraciones eficientes al Estado dominicano, no a un partido o a un Gobierno. Los ejemplos sobran.
  6. Un mal necesario y preocupante: el endeudamiento externo.
    Una noticia publicada en el periódico Diario Libre el 26 de mayo dice: “La subida, anticipada ante la crisis de ingresos fiscales provocada por la pandemia del COVID-19, ha sido de 10,000 millones de dólares en los últimos doce meses, el mayor salto interanual registrado en materia de endeudamiento público en el país. Los datos de la Dirección de Crédito Público del Ministerio de Hacienda indican que hace un año, cuando apenas la pandemia se declaraba a nivel mundial y se cerraban las fronteras para frenar la propagación del nuevo coronavirus, el país ya adeudaba aproximadamente 48,052.3 millones de dólares. El sector público no financiero —integrado por el Gobierno central y por otras dependencias del Ejecutivo— había asumido compromisos por 38,569.5 millones de dólares con acreedores para marzo del año pasado, justo al inicio del COVID-19”. Los desafíos
  7. Pacto Fiscal.
    El Gobierno necesita dinero, mucho dinero para desarrollar las políticas sociales. Esto implica un aumento significativo de las recaudaciones, para lo cual requiere de un acuerdo con los sectores sociales. Un tema difícil que tiene que abordar.
  8. Pacto educativo.
    Se firmó un pacto y las autoridades educativas han hecho caso omiso. Hay desafíos pendientes. Se impone evaluar si cumplimos o no las metas. Cuánto nos falta para tener una educación de calidad. Lograr que nuestros estudiantes nos coloquen en un mejor lugar en las pruebas PISA. El tema no es bajar los estándares, como dicen algunos, sino subir la calidad.
  9. Achicamiento del Estado.
    Una de las promesas durante a campaña fue acabar con la macrocefalia estatal. Según la senadora Faride Raful existen más de 300 organismos estatales; de las cuales 57 son sobrantes. Esto implicaría un ahorro de dinero que podría aplicarse en políticas sociales. Pero ¿quién le pone el cascabel al gato cuando todavía hay presiones por trabajo de parte de los perremeístas?
  10. Enfrentamiento
    A las políticas clientelares y la visión de que se llega al Estado para asaltarlo. El PRM es un partido construido con un discurso nuevo, pero persisten las viejas políticas. El caso más evidente y claro es el expresidente de la República Hipólito Mejía, el representante más conspicuo de la vieja política clientelar.
  11. Mejorar servicios de salud para las grandes mayorías.
    La solución no es privatizar, sino hacer efectivas las políticas. Nombrar personal competente y ético en los puestos dirigenciales del sector, y eliminar a los médicos que trabajan si acaso una hora al día. Hacer eficiente el servicio.
  12. Combatir el crimen y el delito.
    Esto implicaría una verdadera reforma policial. ¿Se logrará cambiar un organismo lleno de problemas y con una corrupción galopante?

Hasta aquí mi balance. Nos vemos en la próxima en la que haré un nuevo balance sobre la situación política en América Latina.

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