Una señora con su marido en una cárcel de Phoenix, Arizona, se vio obligada a recoger productos que caían al suelo en las cargas y descargas de camiones… Sin robar nada se permitía mantener a su familia… Un observador arquitecto, de origen belga, tuvo la brillante idea de crear un banco de alimentos, pidiendo a los almacenes aquellos productos a punto de vencimiento o que les sobraban en la producción…” –Expresa Píndaro, mirando al horizonte, mientras piensa en su recién fallecido amigo Gilberto Marión-Landais-.
“Y… ¿Por qué los “bancos de alimentos’?” –cuestiona Herminio-… “Mira –le comenta Píndaro-, se crearon, además, en Londres, Madrid, Barcelona, Berlín, París, Roma y otras ciudades del hemisferio norte… Hoy, los bancos de alimentos existen en Europa y en nuestro hemisferio sur, y funcionan… Incluso, existen las asociaciones de bancos de alimentos…”.
Mientras conversan, una persona de baja estatura, blanca en canas, pero de un corazón del que brotaba alegría, se les acerca… Era el sacerdote Domingo Legua, quien, al escucharles tocar el tema tuvo, necesariamente y como fundador del concepto en nuestro país, que completar las ideas vertidas por Píndaro y Herminio… “En el año 2009-2010 preparamos los estatutos y toda la fundación y, en el año 2010, comenzamos con el Banco y su administración… Necesitaba ayuda y apelé al padre José Antonio Esquivel (EPD) -de la parroquia Santísima Trinidad-… De inmediato me asignó a Gilberto como mi mano derecha para dinamizar el proyecto… Recorrimos el centro del país a pedir alimentos – arroz, habichuelas, guandules, yuca y otros-… Lo nombré vicepresidente de la Fundación Banco de Alimentos, convirtiéndose en mi primer colaborador… Por once años, salimos de viaje en fines de semanas a hacer visitas a grandes empresas distribuidoras de alimentos…”.
Herminio, lleno de curiosidad, le cuestiona: “¿Y cuál es el mecanismo del Banco de Alimentos en nuestro país?”, a lo que el padre Legua le expresa: “Vamos con nuestros camiones dos veces a la semana a los invernaderos de Ocoa y recogemos, con su autorización, todo lo del agro que los finqueros no comercializan… ¡El año pasado, superamos los 10 millones de raciones de comida!… Lo hicimos accediendo primero a las instituciones… Cubrimos casi todos los ancianatos… También cubrimos parte de los centros nutricionales, por ejemplo Doña Chucha… Centros de niñas que han sido abusadas, huérfanas o abandonadas y centros nutricionales en la zona norte de la Capital y en el centro del país…”.
“¿Y dónde almacenan todo ese alimento que recaban?” –cuestiona Píndaro-… El año pasado -con la pandemia-, habilitamos tres lugares de acopio para el Banco de Alimentos… Una nave industrial que nos prestó Cáritas Nacional, y el almacén de Cáritas Diocesana, más el nuestro… Estamos localizados en el kilómetro 13 de la Autopista Duarte -parte de atrás-… A veces se dañan cajas de cartón y ese producto no se puede vender pero está intacto en una funda plástica en óptimas condiciones para ser consumido. Nosotros las recibimos y las repartimos a instituciones benéficas…”
“¿Y cuál ha sido el alcance de los esfuerzos de nuestro Banco de Alimentos en República Dominicana?”-cuestiona Píndaro-… “Para el año 2021 –responde el padre Legua-, nos pusimos una meta de recoger un millón de kilos de alimentos y hoy podemos decir que lo vamos a superar… ¡Vamos a recoger más de un millón de kilos!”.
“¡Es una labor que merece nuestro apoyo solidario! –exclama Píndaro-… Todos tenemos el derecho a una buena alimentación… ¡Juntos, cero hambre!”
NOTA A DON LUIS MINIER:
Le dejo plena libertad para seleccionar las frase que su conciencia le indique….
Pero, me gustaría destacar “A Gilberto Marión Landais, In Memorian”.
A Gilberto Marión-Landais, in memoriam
En 2009 el sacerdote Domingo Legua funda un Banco de Alimentos en RD
Recorren el país pidiendo en empresas alimentos que luego reparten a los pobres