Un bandolero mató empleado de la Fiscalía
de Capotillo

Un bandolero mató empleado de la Fiscalía <BR>de Capotillo

POR FERNANDO QUIROZ
Un mensajero de la fiscalía de Capotillo murió anoche y cinco residentes del sector resultaron heridos en una balacera entre miembros de la banda del llamado «Luis Quita Tenis», quien está preso pero se alega da órdenes a su tropa desde la cárcel. En otro tiroteo murieron también anoche dos policías que enfrentaron individuos armados en El Tamarindo, en Santo Domingo Oriental.

El hombre asesinado, Eddy Alberto Betances, de 25 años, quien residía en la Cuaba, de Capotillo, fue citado desde la mañana por medio de llamadas telefónicas para que se presentara al lugar donde se le hizo la emboscada.

Los heridos fueron identificados como Melania Vásquez Fernández, de 49 años; José Muñoz Castillo, de 74 años; Rubby Santos, de 12 años, y las hermanas Katiuska y Yarisa Durán Rojas, de 16 y 17 años, respectivamente.

El tiroteo se produjo en la intersección de las calles 38 y Doctor Betances.

EL TAMARINDO

Los dos policías, Luis Geraldo Marte y Rubén Espinal, murieron cuando enfrentaron a individuos armados que se dijo forman una banda que vende drogas en El Tamarindo.

Los agentes policiales murieron antes de ser trasladados a la policlínica Integral 2, en las cercanías de El Tamarindo.

El tiroteo se produjo cerca de las nueve de la noche, cuando una patrulla de la Policía trató de detener a los miembros de una banda que opera en ese sector.

Los cuerpos de los agentes fueron llevados anoche al Instituto Nacional de Patología Forense.

Una comisión de oficiales policiales se presentó a El Tamarindo para investigar las circunstancias del enfrentamiento a tiros y la muerte de los agentes.

EN CAPOTILLO

Ayer, fiscales, policías ni residentes en Captillo querían hablar sobre las causas del tiroteo. Una versión indica que Betances fue agarrado por quienes lo perseguía, y le dispararon a la cabeza y al estómago.

El fiscal adjunto Luis Arias Encarnación dijo que es inexplicable la falta de acción en contra de «cárteles extremadamente peligrosos» que se dedican a la venta y distribución de drogas en la calle 42 de Capotillo.

«Hay distintas bandas, pero básicamente las bandas no son problema, porque uno podría controlarlas. Hay algo más difícil de controlar ahí o todavía quizás no hay voluntad de hacerlo. No sé qué es lo que está ocurriendo. Los carteles que operan en la calle 42», agregó el magistrado cuando salía de visitar la morgue del hospital Francisco Moscoso Puello donde estaba el cadáver de Betances.

Residentes coincidieron en identifica a Betances como integrado a la labor de apoyo en la fiscalía de Capotillo.

El miembro de la banda que se le atribuye haberle disparado a Betances es identificado por la comunidad sólo como Aneudy, supuesto líder, luego de la muerte de Nino Cuboy hace unos meses. Este era otro de los jefes de bandas.

Se escuchó decir entre un grupo de personas que Betances y Aneudy eran enemigos.

Las personas heridas recibieron tiros en brazos y piernas. Se informó que están fuera de peligro. Fueron ingresados al hospital Francisco Moscoso Puello y llevados a un centro privado para poderle hacer radiografías.

En los alrededores del hospital Moscoso Puello fueron apostados decenas de policías antimotines. Otros, no uniformados, realizaban labores de inteligencia.

Al hospital se presentaron una hermana y la novia de Betances. Un gran movimiento de curiosos se formó en las áreas cercanas a la emergencia.

Pasadas las 9:00 de la noche el cuerpo de Betances permanecía en la morgue del hospital Moscoso Puello, a la espera de ser trasladado al Instituto Nacional de Patología Forense, donde le haría una autopsia.

Participó en las investigaciones el coordinador de los fiscales adjuntos del Departamento de Investigación de Homicidios en el cuartel general de la Policía, magistrado Fabián Melo. Fiscales adjuntos de barrios del entorno, como Villas Agrícolas y Luperón, también acudieron a conocer el caso.

LUTO DE LAS MADRES

En la calle 42 de Capotillo, muchas personas dijeron que se sienten impotentes en Capotillo y que hay por lo menos 20 madres con luto luego que delincuentes asesinaron a sus hijos.

Ramón Vargas, quien se ocultaba el rostro con la mano para no ser fotografiado por la prensa, denunció que uno de sus hijos, Deivi Vargas, de 20 años, fue herido de bala en dos ocasiones, por «Aneudy». Hace ocho días, expresó, a su hijo le amputaron un testículo, por las heridas que recibió.

Betances siempre le decía a Deivi: «No ronques», que en el lenguaje callejero es una advertencia de que se debe estar alerta con las bandas.

«POLICÍAS»

La mayor queja de los residentes en Capotillo es la inacción de muchos agentes policiales.

«Aquí quienes patrullan las calles, sembrando el terror, son los delincuentes. La Policía lo que hace es recoger muertos», dijo uno de los vecinos que no quiso dar su nombre porque teme identificarse ante los bandoleros.

Los delincuentes, afirmó, usan todo tipo de armas de fuego, incluidas metralletas Uzi.

«Si a usted le quitan una cadena, un teniente dice: Dile a fulano que me mande esa cadena, para que no tengamos problemas», dijo otro ciudadano al poner un ejemplo de situación entre delincuentes y policías. Creen que muchos agentes no actúan contra los delincuentes «porque comen de lo que hacen los delincuentes».

¿SICARIOS?

El número de jóvenes que hace labor de sicario se incrementan en Capotillo, manifestaron residentes entrevistados. Desde la cárcel, aseguraron, «Luis Quita Tenis» ordena la muerte de quien considere afecta sus intereses. Sólo identifican a esos criminales con los apodos de Víveres, Mampeté, Memín, Luisito y Tito.

«HASTA LOS DIENTES»

Para Abel Rojas, dirigente comunitario de Capotillo, es alarmante que «los grupos por todos los lados estén armados hasta los dientes».

Afirmó que no había razones para que se produjera un «roce» entre la banda y Betances.

«Así como mataron a Eddy Betances, aquí han matado muchas mujeres y niños, esos mismos grupos,» dijo.

La Policía ayer que tenía conocimiento de lo que aconteció. «Todo el mundo conoce la situación de Capotillo… pero las autoridades no actúan», dijo uno de los vecinos.

En todo lo que sucede, afirmó, existe complicidad entre delincuentes y agentes policiales.

También, dijo, el gobierno en pleno tiene conocimiento de lo que sucede en Capotillo. «Igualmente, lo sabe la DNCD (Dirección Nacional de Control de Drogas).

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