Un blindaje a la economía privada

Un blindaje a la economía privada

POR ARTURO MARTÍNEZ MOYA
En el pasado, cuando no existía una ley de hidrocarburos, la estabilidad macroeconómica dependía de los precios políticos que se aplicaban a los combustibles. A partir del 2000 el asunto cambió.

Antes de iniciarse el nuevo siglo los déficits de los presupuestos dependían de la magnitud de los subsidios implícitos a los precios de los diferentes carburantes, lo demuestra que bastaban los ajustes para que el balance fiscal cambiara a superávits.

Para garantizar la estabilidad se necesitaba una ley que estableciera las reglas del juego, fue lo que hizo el gobierno del PRD iniciado en el 2000, hizo que el Congreso Nacional aprobara la vigente ley de hidrocarburos, pero con la idea de que los impuestos no representaran cargas excesivas para el consumidor y el productor.

Fue la razón por la que al galón de gasolina premium se le aplicó un impuesto de RD$16, a la regular de RD$12 y al gasoil regular RD$4, para que produjera ingresos por RD$7,511, RD$8101, RD8,278 y RD$11,082 en los años 2001-2004, un promedio anual de RD$8,743 millones, en promedio el 2% del PIB. Los recursos fueron suficientes para la estabilidad macroeconómica.

Diciendo que necesitaba dinero para pagar la deuda interna y externa, lo que está demostrado era mentira, el gobierno del Presidente Fernández la tiene distorsionada, en tres años le sumó cargas innecesarias con las que no pueden las familias y las empresas, hasta el punto de que para el 2007 se estima por ese concepto se recaudará más de RD$25 mil millones, casi tres veces el promedio de los años 2001-2004, sin duda una exageración.

Es por eso que el pueblo califica de voraz al gobierno del Presidente Fernández y que son gente que no asumen responsabilidades; el comportamiento del período (1996-2000), cuando con miedo aumentaban los precios sólo cuando el déficit fiscal resultaba insostenible, ahora se repite pero desestabilizando la economía de las familias y de las empresas.

Para no actuar con responsabilidad, el gobierno, a través del Secretario de Economía y Planificación, repite palabras del FMI, de que la ley no puede modificarse porque produce recursos que se necesitan como “blindaje” o como colchón como diría el pueblo, frente al incremento de precio en el mercado internacional.

Pero se trata de otra mentira, porque al gobierno nadie le está pidiendo que subsidie el consumo de las gasolinas y el gasoil; el PRD y el pueblo le reclaman que no abuse de los impuestos, le dicen que no es honesto del gobierno aumentar sus ingresos en coyuntura de incremento de precios internacionales, porque un peso menos en manos de las familias y de las empresas y en exceso en las arcas del gobierno significa menos actividades económicas y más desempleo.

La verdad es que a poco extraña la respuesta que dieron, en muchas ocasiones he escrito que en los tres años se han dedicado a repetir cualquier cosa que le diga el FMI, porque nunca han tenido voz propia; es que para tenerla se necesitan ideas precisamente de lo que carecen, y para no aparentarlo, como el papagayo aprenden palabras sin conocer exactamente su significado.

El blindaje en este momento lo necesitan las economías de las familias y de las empresas y no las finanzas del gobierno al que le sobra recursos.

De manera específica, el PRD y su candidato Miguel Vargas Maldonado le han planteado al Presidente Fernández y al PLD, que reduzcan a la mitad los impuestos actualmente vigentes a las gasolinas y al gasoil (todavía estarían por encima de los impuestos establecidos en el 2000) y además de manera efectiva subsidie el consumo de glp de las familias pobres y muy pobres (actualmente pagan un impuesto aproximado de ocho pesos el galón contrario a lo que dispone la ley).

 También que se establezca una reserva presupuestaria petrolera con cargo al superávits fiscal, para que sirva de “blindaje” a las economías de las familias y de las empresas, para evitar cambios bruscos hacia arriba y hacia abajo. Que de procederse así la variación de precios de los combustibles internamente necesariamente no sería semanal, incidiendo positivamente en la estabilidad de todos los demás precios de la economía.

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