Un buen caso mal llevado

Un buen caso mal llevado

La profesión de abogado es apasionante, sobre todo el ejercicio en los tribunales, donde los debates pueden ser antológicos, porque hay que demostrar pericia, entrenamiento,  metodología analítica y capacidad de persuasión para ganar un juicio.

Igualmente, la correcta elaboración del material escrito, junto al aporte de evidencias irrefutables, pueden economizar el esfuerzo dialéctico o filosófico y se llega a rápidos e incuestionables veredictos. Recientemente se informó que el Presidente de la Suprema Corte de Justicia desestimó, por falta de pruebas, la querella interpuesta por el Colegio Médico Dominicano (CMD) contra el Ministro de Salud por el cobro ilegal de un seguro que nunca contrataron ni autorizaron los empleados de la institución, especialmente médicos y enfermeras. No debió dársele al ministro de salud otro argumento para continuar ensañándose contra el CMD y de paso hacer más creíble la impresión de que ese recurso de presión pública se utilizó para obligarlo a flexibilizar su tenaz oposición al aumento salarial de los médicos.

Creo que el CMD perdió una excelente oportunidad y solamente una urgencia extrema podría justificar no aportar pruebas contundentes en un caso tan fácilmente demostrable. Bastaba con una sola nómina (y pudieron  ser cientos) o varios comprobantes de cheques para que el presidente del más alto tribunal dominicano no desestimara la querella. Pero, como no hay peor ciego que el que no quiere ver, tal vez ese máximo representante de la justicia quería ver fotos del ministro y sus familiares sacándoles los famosos 50 pesos directamente del bolsillo a los trabajadores de su institución y así aceptar la veracidad del fraude que al final dejó en aquellas manos millones de pesos. 

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