Un  buen modelo

Un  buen modelo

Por demagogia o motivados por una sincera aspiración, muchos políticos han expuesto en este país la tesis de que la República Dominicana tiene potencial para convertirse en una especie de «Taiwan del Caribe».

Quienes se han expresado en esos términos saben muy bien del enorme éxito del país asiático enclavado en una isla mucho más pequeña que la República Dominicana y cuya gente, desde 1949 en adelante, solo han sabido cosechar éxito.

La mayoría de los funcionarios taiwaneses, tanto de la presente como de anteriores administraciones, han coincidido siempre en afirmar que el continuo éxito de su país se debe a dos factores fundamentales: educación y disciplina.

Ciertamente, los taiwaneses han dado cátedra en eso de sacar mucho de la nada.

-II-

A pesar de que Taiwan acoge a unos veinte millones de habitantes en un territorio mucho más pequeño que la República Dominicana, allí no se percibe hacinamiento ni desorden, y las instituciones funcionan como deben de funcionar.

En Taiwan circulan muchísimos más motocicletas que en nuestro país, pero estos vehículos no son la principal causa de accidentes del tránsito. Es difícil encontrar en Taiwan el caos que predomina en nuestras calles y carreteras, en materia de circulación de maquinaria de transporte.

Y los taiwaneses se esfuerzan por hacer cumplir y a la vez respetar todas las regulaciones habidas y por haber, no solamente las del tránsito, sino también las de preservación del ambiente, limpieza y ornato, fidelidad fiscal y mantenimiento del orden.

Desde los niños hasta los mayores sienten respeto absoluto por sus símbolos patrios, por sus tradiciones y por la cultura que heredaron de sus ancestros.

-III-

La República Dominicana, que es un diamante en bruto entre las mayores de las islas del Caribe, tiene mucho que aprender para hacer realidad el sueño de convertirnos en un «Taiwan del Caribe».

Nuestro Presidente, el doctor Leonel Fernández Reina, anda en estos días de gira por varios países y una de sus escalas principales lo ha llevado precisamente a Taiwan, donde ha observado el convincente progreso de esta gente.

Ha visitado un país que ha mostrado gran solidaridad hacia los dominicanos, por medio de asistencia y ayuda de todo género y a través de gestos de solidaridad en momentos de tragedia. Taiwan es en realidad un amigo nuestro.

No aspiramos a que el Presidente Fernández trasplante hacia la República Dominicana una parte o el todo del exitoso modelo taiwanés, pero sería de gran ayuda que tratara de lograr que en nuestro país se fomenten los dos elementos claves del éxito de estos amigos asiáticos.

Sin duda que a los dominicanos nos falta educación y disciplina, dos cualidades que a los taiwaneses parece haberles sobrado. Ese es un modelo a tomar en cuenta, muy en serio.

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