Un cambio de actitud

Un cambio de actitud

CONNECTICUT, Estados Unidos.- Apenas había puesto los pies en estas tierras cuando ya muchas personas me preguntaban sobre qué es lo que está pasando en República Dominicana. Tanto los de la diáspora como aquellos que nos dan seguimiento por diversas razones, todos dan muestra de una cierta preocupación por el sendero que ha tomado el país en los últimos tiempos. En los últimos años la sociedad dominicana está dando muestras de estar integrada por muchas personas llenas de violencia, odio, engaño, maldad, mentira, ambición, desamor, egoísmo, insensibilidad…
Es un mal que afecta a todos, desde banqueros, políticos, empresarios, profesionales, obreros hasta los líderes y miembros de religiones.
Este comportamiento está carcomiendo los cimientos de la patria.
Los que nada tienen quieren conseguir cosas con la violencia, y los que poseen el poder y las riquezas son insensibles al dolor humano, deseando solo seguir acumulando más sin importar los métodos de depredación usados.
Esto está llevando a que seamos una sociedad integrada por gentes emocionalmente enfermas, con corazones heridos, llenos de amarguras y resentimientos.
Dentro de este ambiente altamente peligroso están subiendo las nuevas y futuras generaciones.
Si no viene un cambio, llegará un momento en que el país se tornará en un lugar invivible, pues será una especie de selva donde sólo los más fuertes tendrán las mayores posibilidades.
Creo que ya lo he dicho, hay que hacer algo, y urgente.
Los últimos hechos de violencia ocurridos son la mejor señal de alarma sobre la necesidad de aunar esfuerzos, capacidades y recursos para dar al país un rumbo distinto en todo el sentido de la palabra.
Esta condición psicológica hay que cambiarla.
Todavía estamos a tiempo.
Hay que hacerlo porque si no nadie podrá decir que estará seguro.

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