Para nadie es un secreto que este no es un año común para la República Dominicana. Prácticamente en tres meses son las elecciones presidenciales, congresuales y municipales. Este es un año de profundos desafíos, en el que debemos estar más atentos y conscientes que nunca pues hay más manipulación de la que comúnmente se lleva a cabo a través de medios de comunicación; comenzó y muy pronto se profundizará, como ha sido nuestra vergonzosa costumbre, la campaña política, que para muchos actores políticos no es de ideas y propuestas para un mejor país, sino de repartos de dineros, de manipulación de quien tiene sus estómagos vacíos, de diatribas, mentiras, odio y de búsqueda de destrucción del contrario a costa de lo que sea. Ya hace tiempo que comenzaron con la compra de conciencias pues dinero tiene de sobra el partido oficialista. En eso se resume sustancialmente nuestras campañas electorales para los negociantes de la política y los corruptos de siempre.
Preparémosnos mentalmente, no para aguantar esto con impotencia como estamos acostumbrados a hacerlo, sino para resistirnos a esa lógica malsana o perniciosa y digámonos a nosotros mismos: no voy a ser utilizado por los farsantes, mentirosos y dañosos que toda la vida han carcomido la moral del pueblo dominicano y desnaturalizado nuestra democracia, manipulando emociones, aprovechando necesidades de una mayoría con hambre y marginada de los bienes y servicios y en otros casos, explotando la debilidad de mucha gente que aún teniendo sus necesidades cubiertas son débiles con el poder y el dinero. Tenemos que despertar y darle valor a nuestro voto. Ya está bueno de usar la lógica de votar por uno de los dos que tienen mayores porcentajes aunque no creamos en el cumplimiento de sus propuestas ni en su honestidad.
En nuestro país la gente con formación y conciencia ciudadana se siente muy desmoralizada, como si todo estuviera perdido, como si fuera imposible salir de este círculo vicioso de manipulación, de que gana el que más dinero tiene aunque haya pactado con Satanás y aunque haya demostrado que no se desligará de los compromisos con sectores que los han aupado y que son meramente inversionistas sin conciencia de país; ni se separará de su círculo con demostrada práctica corrupta, para el que gobernará.
Sigo creyendo que a pesar de todo esto, siempre que nos dispongamos y nos resistamos a la lógica de que a esta gente que tiene tanto poder y dinero no se les puede ganar; que si no le hacemos coro, si nos resistimos a que nos abrumen, nos compren nuestros estómagos y nos avasallen y votamos por quien nos haya convencido de su honestidad de años y de sus buenas ofertas que además son viables, es posible que le ganemos al don dinero. No siempre el dinero ha ganado. Lo sabemos. No tenemos que irnos a otros países. Tenemos nuestra propia experiencia de vida donde eso ha sucedido.
Creo que podemos cambiar el panorama político y social de nuestro país. Humildemente y como ciudadana de la República Dominicana haré todo lo que pueda para que ello suceda, dentro de los límites de la moral y de la ética y así les sugiero a Uds. que lo hagan. Cada uno tenemos posibilidades diferentes de contribuir. Lo importante es hacerlo y no quedarnos de brazos cruzados, ni frustrados, diciendo que siempre sucederá lo mismo.
Solo el que persevera y no se abate puede triunfar. Es ley de vida. Adelante! No nos dejemos derrotar tan fácilmente. Vamos a luchar para lograr el cambio de rumbo de este país. Es posible lograrlo. Lo creo de verdad.