Cuando la psicología analiza la mentira, proporciona varias razones del por qué alguien miente; los seres humanos mentimos, por ejemplo: para salvaguardar ante los demás una determinada imagen que pensamos que los demás tienen de nosotros, también se miente para evitar el deterioro de nuestra reputación e imagen.

Patrick White (premio Nobel de literatura 1973) dijo: “Una mentira, sin embargo, no encierra una cabal malicia cuando se profiere en defensa del honor”.

Una parte de todo engaño es el manejo de impresiones, al proporcionar información dirigida a crear una imagen socialmente adecuada de nosotros mismos. La mentira cumple no sólo con la función de ocultar la verdad, sino también la de dar impresión favorable ante los demás, dando seguridad y protección, evitando la vergüenza pública y la valoración negativa de la gente.

Existen diferencias de sexo cuando hablamos de la mentira. Los hombres quieren parecer más poderosos o inteligentes de lo que son realmente, y las mujeres quieren mostrar más interés por los demás del que tienen.

Las mentiras se disculpan más a unas personas que a otras; una persona puede ser considerada hábil, diplomática o astuta y verse en ella la mentira como una cualidad. De algunas profesiones, cómo ocurre con los políticos, no se espera que digan siempre la verdad o que cumplan sus promesas.

Señor Luis Abinader sería yo un enano mental si le creyese todo lo que está prometiendo; triplicar los salarios de policías y militares, duplicar la asignación de bonogás para amas de casa y choferes del transporte público, también ha prometido reducir en un 85% la inseguridad, pero ¿cómo creer tantas fábulas? , ¿cómo lo hará? , ¿de dónde sacará los recursos? no lo ha dicho, sólo dice que eliminando la corrupción administrativa habrá recursos demás para eso, pero cómo creerle Don Luis, si usted en una reciente entrevista internacional dijo que el gobierno de gente que está a su lado y a sus espaldas fue corrupto, ¿cómo creerle si no pudo sincerarse y decir cuánto dinero tiene usted y su familia? , entonces, ¿cómo es la cosa? , usted exige transparencia pero no la ofrece como ente individual. Su gobierno no será corrupto y será transparente, pero usted no es transparente y está rodeado de corruptos según la entrevista internacional que ofreció, porque usted dijo que Hipólito Mejía no era corrupto pero su gobierno sí, o sea, las personas que le rodeaban en ese entonces sí eran corruptos, que hoy en día son los mismos que le acompañan a usted. ¿Cómo creerle don Luis? de ninguna manera.

¡Prometer y prometer hasta poderte envolver, ya después de prometido, perdonar por no habértelo cumplido!