Un candidato que no es del PRD

Un candidato que no es del PRD

Algunos comentaristas, evidentemente con fuertes vínculos con el oficialismo reeleccionista, han querido desmeritar la contendencia de las cifras que fueron publicadas el pasado miércoles 11 por una prestigiosa firma encuestado, en donde el presidente Mejía aparecía con un pobre desempeño del 13%, y atacaban esos resultados diciendo que un partido tan grande como el PRD, una encuesta, no podía arrojar cifras tan bajas.

Así las cosas, ese pésimo desempeño del candidato oficial, revela lo que todo el mundo se imagina, de que realmente el presidente Mejía no es el candidato del PRD, sino del PPH, lo que en consecuencia, pese a tener el endorso de una facción del partido y haber sido reconocida su candidatura por la inefable JCE que padecemos, no es refrentado por las masas perredeístas que están sufriendo en carne propia el golpeo de la pobreza, apagones y alimentos cada vez más caros, pese a que la prima del dólar ha descendido.

La imposición de un proyecto reeleccionista, que para muchos se inició su fraguado en agosto del 2000, ha levantado demasiados rencores y oposiciones en un partido tan grande como el PRD, donde la cultura y propósitos, es de cobijarse a la sombra del poder para devorar los recursos públicos, como lo confirman sus administraciones, en donde si no hay huelgas es porque ellos controlan las masas, que son presa fácil de la demagogia para azuzarlos y lanzarlas como carne de cañón a protestar contra el gobierno de turno que no sea de su partido.

Las aleccionadoras demostraciones de civismo, dadas por la población durante el paro de noviembre 11 y el de enero 28 y 29, aún cuando no fuera organizada por los brazos sindicales del PRD, y si por grupo cuestionados por sus trayectorias sindicales, por la forma de cómo muchos de ellos se han favorecido con los gobiernos de turno, confirmó el gran pesar nacional por el estilo de como el gobierno del presidente Mejía y del PPH ha empujado al país a la pobreza y a la desesperación, quedando desamparados frente a un futuro incierto, en donde las bellaquerías del PPH, presa al saberse derrotados el 16 de mayo, podrían recurrir a todas las malas artes de la política y de chapucería de quienes con solo ideas y convencimiento de personas civilizadas, no llegarían muy lejos para continuar con sus propósitos de enredar cada vez más el futuro dominicano.

Evidentemente que los perredeístas, al sufrir el golpeo severo de la carestía y de la pobreza, no están a gusto con un candidato que demuestra por todos los medios su vocación de aferrarse a su PPH, quienes no han sabido entender la mecánica del poder y de la política, y cegados por los beneficios que reciben del ejercicio del mando, creyeron, que en base de dinero, podían resolver todas sus desventuras y comprar todas las conciencias que fueran necesarias.

De ahí que las encuestas no desmienten el bajo nivel de aceptación de la candidatura del presidente Mejía, en donde su PPH, no es suficiente para atraer a una militancia disgustada. Entonces podrían recurrir a malas artes de buscar la forma de realizar los fraudes mas vulgares, en donde los cometidos en las elecciones del 2000 resultarían infantiles con los que probablemente se estarían fraguando para esta ocasión. El comando de campaña del PLD se está curando en salud, y la eficiente labor de comprobación de los padroncillos para ubicar a los electores, es una acción muy sabia ya que se evitarían que los dislocamientos perturbaran el desempeño de los votantes a la hora de acudir a su colegio electoral.

Otra sombra de duda recae en lo relativo al voto del exterior y de la forma como se ofrezcan los resultados de esos conteos, ya que no se podría creer en esos resultados, aún cuando la tremenda diferencia que tiene el candidato del PLD con el perredeísta, no habrá lugar a dudas, que por más fraudes que se cometiesen, no es posible, con una lógica racional, cambiar las simpatías de la gente, desesperadas como están para ver si salimos de este infierno pepehachista.

En definitiva, el hecho de que las encuestas cada vez expresan con mas contundencia una tasa de aceptación muy baja del presidente Mejía, todo es atribuible a que su grupo de combate, el PPH, solo ha tenido en mente el disfrute de los altos cargos con muchos beneficios, pero el perredeísta de corazón recurrirá a una tremenda abstención para darle campo a la oposición lidereada por el doctor Leonel Fernández, que asumiría el poder el 16 de agosto de un cascarón institucional, que de seguro sería fruto de la devastación, que harían los funcionarios actuales, desde el 16 de mayo al 16 de agosto.

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