Un cementerio de partidos políticos

Un cementerio de partidos políticos

En el pasado, se habló de un “cambio”, como emblema de una esperanza, pero fue un fracaso y después de ocho años vino la caída de esos nuevos abanderados como consecuencia del hastío permanente, que llevó  a la desilusión.

El pueblo cansado por la inestabilidad, votó por el PLD, que le ofrecía un nuevo rumbo, pero éste no ha utilizado sus mejores hombres para realizar la enorme tarea que tiene por delante.

Si en el partido en el Gobierno no se percibe un nuevo rumbo, tampoco la oposición está en condiciones de ofrecer una salida rápida a la situación imperante.

La oposición sólo actúa por reflejo a las pautas trazadas por el Gobierno, porque carece de iniciativa, no tiene ideas claras y precisas para aportar las soluciones que requiere el país, podría decirse que la oposición es un cementerio de partidos llenos de malos consejeros que se desbordan irreflexivamente sin coherencia alguna, tan pronto tiene la oportunidad de hablar o de escribir, muestran su incapacidad para resolver los problemas básicos de la República.

Es verdad que en algunas áreas del gobierno hay ineficacia, también es cierto que la oposición es incapaz de corregirlas, porque ella misma necesita enmendarse. ¿Entonces, cómo podemos salir de esa situación? Mi creencia es que sólo se resolverá por el cansancio del pueblo, quien deberá dar su apoyo en mayor o menor grado,  a quien esté mejor cualificado, y, entiéndase que no es porque el gobierno lleve nuevas caras que encontraremos el sendero iluminado de las soluciones que es necesario imprimir a la economía, si estos no corresponden en su preparación con las medidas que deben aplicarse, porque tampoco resolverán nada, pues  debemos estar conscientes que el político de los próximos años va a ser el mismo que el de la pasada década; será ineludiblemente una repetición, sólo que ahora aunque la pendiente es la misma, el sentido es opuesto, pues en momentos de inestabilidad económica es muy fácil confundir los signos, es ingenuo pensar que las frutas maduran, cuando hay un fracaso electoral.

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