POR LAURA CAMINERO
El clima marino y la composición del agua del mar son muy beneficiosos para el organismo y les diré por qué. El agua del mar, por su alto contenido de calcio y fósforo, mejora la osificación de fracturas y evita la pérdida de masa ósea y muscular. También tiene la capacidad de mejorar la piel, sobre todo si sufrimos de acné, soriásis, dermatitis, cicatrices y heridas.   

La densidad y resistencia del agua y la arena ejercen un buen masaje, y ejercitarnos caminando o corriendo en la orilla favorece el retorno venoso y previene várices, celulitis y hemorroides.

El aire marino en alta mar es de gran pureza, las sustancias que están en suspensión ejercen un efecto purificante y muy relajante, no contiene gérmenes y está cargado de minúsculas partículas de agua de mar que constituyen auténticos aerosoles que penetran en las vías respiratorias. Para que tengamos una idea: en la orilla el aire contiene de 100-200 gérmenes por metro cúbico, y  tres kilómetros tierra adentro el número de gérmenes puede llegar hasta 10,000.

En definitiva, la combinación de clima y agua de mar ejerce una acción beneficiosa sobre el organismo que se traduce en: estímulo de funciones endocrinas como (tiroides, glándulas sexuales, paratiroides y glándula suprarrenal); aumento de la amplitud de movimientos respiratorios y fluidificación de las secreciones respiratorias: mejor oxigenación y aumento de las células de la sangre (glóbulos rojos, leucocitos y nivel de hematocritos de hasta un 20%).