A menudo nos planteamos objetivos, cosas que nos gustaría lograr. Incluso nos visualizamos en ese estado en el que nos gustaría encontrarnos, pero también nos preguntamos cómo hacerlo. Y esta es la gran pregunta que debemos responder para poder ponernos en el camino de lograr nuestros objetivos.

Primero debes preguntarte qué es lo que realmente quieres. Con frecuencia nos planteamos objetivos muy superficiales o muy inespecíficos que, por su propia naturaleza, son difíciles de alcanzar. Antes de plantearte lo que quieres debes perfeccionar tu idea.

Muchas mujeres se plantean, por ejemplo, estar más bonitas. Pero esto puede ser leído de muchas formas y la solución puede ser tan simple como cambiar su guardarropa o tan complicada como someterse a tratamientos quirúrgicos.

En este sentido, conviene hacer una autorreflexión y plantearse un objetivo específico. Esto nos lleva a la segunda condición imprescindible para cumplir nuestras metas, esto es, que sean alcanzables. Cuando te planteas tus metas debes preguntarte si de verdad puedes alcanzar, en este momento, eso que te propones. Es posible que este análisis te lleve a la conclusión de que debes primero lograr otros objetivos más pequeños antes de estar en capacidad de alcanzar ese gran objetivo que deseas.

Por último, lograr tus metas requiere de constancia y de disciplina. Si te propones correr tres días a la semana, debes hacerlo. Esto plantea un compromiso que adquirimos con nosotros mismos en la búsqueda de ese objetivo que deseamos.