La campaña electoral no ha comenzado oficialmente, pero ya muchas organizaciones se interesan en saber cómo piensan los candidatos a la Presidencia de la República. Los empresarios agrupados en el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) y la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE) anunciaron recientemente que han comenzado a contactar a los candidatos presidenciales para auspiciar un debate que permita establecer sus programas de Gobierno y sus líneas de pensamiento.

El escenario de los empresarios siempre ha sido un foro importante para lograr esos fines, como ha sido demostrado en procesos electorales anteriores. Si bien es cierto que no ha habido debates formales “cara a cara” entre los aspirantes, por lo menos han subido al podio para hablar francamente con los empresarios respondiendo a sus inquietudes.

Hasta el momento, el debate se limita a plantear cuestiones personales, algo muy alejado de lo que desea escuchar el pueblo. No es lo mismo ir a un escenario con un discurso escrito preconcebido, que polemizar con el adversario que le disputa el cargo.

En cualquier caso, está muy bien que los candidatos presidenciales expongan al público sus ideas y den a conocer siquiera parte de sus planes si llegan al Gobierno, aunque no siempre cumplen lo prometido.

Seguimos pensando en lo que muchos podrían considerar una utopía. Se trata de que los candidatos presidenciales se reúnan con sus equipos de técnicos calificados, para elaborar un Programa de Gobierno Común, para comenzar así un proceso de real solución a los acuciantes problemas nacionales.

Una vez examinado ese Programa de Gobierno, nadie podría objetar  su aplicación. Ese Programa debería incluir las cuestiones más neurálgicas que hoy día constituyen una fuente de problemas.

En el caso de la política internacional, los actores que aspiran a ocupar la silla presidencial tienen que hilar fino, pues de ella depende  parte de nuestro porvenir. Hay visiones pesimistas sobre la cuestión del petróleo y su impacto en nuestra economía, tanto en lo que respecta al desarrollo de nuestras industrias como lo relacionado con la agricultura.

La República Dominicana, en este aspecto, cuenta con cientos de miles de tareas de tierra ociosa, que de ser adecuadamente cultivadas de acuerdo a su calidad, tendrían un signo positivo en el avance de la producción alimentaria. Un acuerdo como el propuesto en nada limitaría a los electores a la hora de votar, pues cada quien lo haría por su candidato de su confianza. En general, todos los votantes, no importa al partido que pertenezcan, estarán seguros de que el Programa de Gobierno de su candidato ha sido consensuado.

La idea está lanzada nuevamente.