Un congreso para los privilegiados

Un congreso para los privilegiados

Cuando se conoció para ser aplicado como un tubo de ensayo en la Cámara de Diputados el llamado voto preferencial ninguno de los partidos políticos que participaría en las elecciones congresuales y municipales del pasado 2002 planteó una posición orgánica sobre la nueva modalidad de votar, aunque estas agrupaciones iban a ser afectadas de forma tan profundas que configuraría su composición social interna, estableciendo privilegios de la minoría contra la mayoría.

El voto preferencial debía más bien de llamarse «el voto privilegiado», por que privilegia a los candidatos que tienen más recursos económicos para sustentar la campaña electoral, como quedó demostrado en las pasadas elecciones congresuales y municipales, donde salieron electos «los que más podían», aunque fueran los de más calidad, capacidad y honestidad, para ser el representante del pueblo» que la sociedad espera y aspira.

Es un voto antidemocrático que violenta el principio del centralismo democrático, espíritu y esencia de los partidos políticos modernos, que deben dar un trato justo e igualitario a toda la membresía para mantener la mítica de la democracia interna.

Contribuye al fraccionamiento, al individualismo, al grupismo, a la malquerencia entre compañeros, al chisme, al golpe bajo, al ascenso sin importar a quien perjudique, en fin, la destrucción del proyecto político.

Además, el voto preferencial debilita el principio constitucional de «elegir y ser elegido», que estimula la participación ciudadana en el quehacer político para hacer de esta actividad cada vez más transparente y sana, al servicio de los mejores intereses de la Nación y reafirmando los valores patrios. Es la forma de expresión política que la clase dominante institucionaliza para fortalecer el estatu quo, abriendo más la brecha entre ricos y poderes, al no permitir que los últimos participen en las tomas de decisiones para empujar hacia adelante el carro del desarrollo y el bienestar colectivo.

Los partidos políticos han sido «asaltados» por los sectores económicos de poder más que para servir al país, para servir a sus intereses egoistas y de clase, y en partidos mayoritarios policlasistas que deben mantener el equilibrio en la composición de clases internas este desfase representa el estancamiento que frena la consecución de los objetivos estratégicos y la aplicación de las tácticas correctas.

Entre estos partidos que aceptaron el desfase histórico del voto preferencial hay que destacar al Partido por la Liberación Dominicana (PLD), por ser el partido político que representa el avance, la calidad política de sus integrantes, que con sus organismos colectivos y su unificación de criterios daba respuesta correctas a los problemas que afectaban a la sociedad dominicana.

El partido morado por la estrella amarilla se sumó al coro de los dos partidos tradicionales -PRD, PRSC-, que saludaron el voto preferencial como la panacea que ampliaría el abanico de los dirigentes con aspiraciones electivas y el clientelismo en los estamentos de la base.

Aunque voces aisladas de dichos políticos previnieron que esta modalidad de votación hacia más daño que bien a sus organizaciones políticas, como es el caso de Rafael Gamundi Cordero, secretario de Organización del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), quien dijo que con el nuevo sistema de votación a través del voto preferencial se divide a los hombres y mujeres de los partidos políticos y crea una confrontación abierta.

En el PLD, Felucho Jiménez, miembro del comité político, en una actitud autocrítica llegó a decir en una entrevista que le hicimos para la revista Ahora -No. 1248- que «yo me cuestiono seriamente si el Voto Preferencial beneficiará o perjudicará a la democracia dominicana. En un principio era de los que aplaudía con calor y entusiasmo la idea del voto preferencial.. pero creo que hemos metido la pata».

Si. Se metió la pata hasta el cuello. Porque el voto preferencial contribuyó a escoger la peor Cámara de Diputados que recuerden los tiempos modernos.

Para corroborar esta aseveración basta recordar el bochornoso escándalo del pasado 16 de agosto, donde a pesar de creerse sendas comisiones de congresistas para investigar los responsables de tan horrendo hecho a esto «se le echó tierra», convirtiendo a todos los congresistas de todos los partidos en cómplices.

La primera etapa del Voto Preferencial se aplicó en el Hemiciclo Bajo. Ahora viene la parte más tenebrosa del macabro propósito perredeista: extenderlo a las elecciones presidenciales para de contrabando, burlando cánones constitucionales, Ley Electoral y a la sociedad en su conjunto que la rechaza, imponer de Ley de Lemas, porque «el poder se hizo para usarse».

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