Un Congreso que vuelve a atentar contra nosotras

Un Congreso que vuelve a atentar contra nosotras

MARIEN ARISTY CAPITÁN

Cuando lo escuché no podía creerlo. Nueva vez los diputados nos daban la espalda legislando contra la vida de las mujeres. Fue entonces que mi alma se resquebrajó sintiendo el dolor de todas las familias que tendrán que cargar con las terribles consecuencias de la penalización del aborto sin importar las causales.
Por más que el diputado Víctor (Ito) Bisonó haya querido explicarme ayer por qué solicitó la eliminación del párrafo 110 del Código Penal bajo el pretexto de que se necesita una ley especial y que por ello debe hacerse una legislación aparte, sería importante que los legisladores entiendan que acaban de penalizar la vida de muchas mujeres. ¿Qué médico que se sepa en riesgo hará un aborto terapéutico aunque corra peligro la vida de la madre?
Aunque al aprobar el artículo 37 de la Constitución quedó muy claro que para los congresistas la vida de las mujeres vale menos que una moneda de un peso, es triste que nos vuelvan a decir que somos esa especie de incubadora cuya única misión en la vida es parir sin importar cómo llegue el producto. ¿Acaso no pesa más la vida de una niña/mujer violada que la de un embrión? ¿Es justo traer al mundo a un bebé inviable o que vendrá a sufrir? ¿Hay algo más cruel que dejarme morir porque está prohibido abortar?
¡Qué duro es pensar en las mujeres que nada tienen y no tendrán ninguna opción en un caso así! ¡Cuánto indigna saber que seguirán muriendo por abortos inseguros y destruirán sus vidas siendo madres cuando apenas son niñas porque alguien las violó! ¿Qué le hemos hecho a los legisladores para que nos hagan tanto daño? ¿Será misoginia?

Publicaciones Relacionadas

Más leídas