SANTIAGO, (AFP) – El cantante británico Morrisey, ex integrante de la banda The Smiths, sorprendió y arrasó con su controvertido concierto en el Festival Internacional de Viña del Mar, en el que impuso sus reglas y recogió la ovación del público en un abrupto final de concierto.

En la primera parada de su gira sudamericana, el británico incluyó clásicos como «There is a light that never goes out» y «Everyday is like sunday», y dejó claro que en el certamen viñamarino -considerado el evento de música más importante de América Latina-, también tienen cabida otros registros musicales.

Luego de 70 minutos de concierto, Morrisey, quien lució una camisa roja brillante y pantalón negro, despareció del escenario sin recibir más que la ovación del público, que no tuvo la oportunidad de regalarle ni antorchas ni gaviotas, los tradicionales premios que conceden los espectadores en Viña. Los presentadores del certamen salieron a dar explicaciones, y según justificaron, por expreso deseo del artista, no hubo interrupciones ni premios, dinámicas típicas de todas las noches.

La actuación de Morrisey obligó también a eliminar la competencia folclórica, un clásico del festival en el que compiten cantantes de la región que debía haberse realizado antes de su presentación, y que el cantante eliminó por sus ansias de salir al escenario a la una de la madrugada. Su decisión causó la molestia del jurado del concurso, que se ausentó durante su concierto como medida de protesta.

El único integrante que quedó en el palco fue expulsado por orden del cantante, según reportan medios locales. Por su parte, los presentadores del festival se mostraron molestos con la actitud de Morrisey, y explicaron que dada la condición de vegano del artista, quien no consume nada de origen animal, fueron eliminados todas las carnes y embutidos del catering detrás del escenario.

Además, la presentadora, Eva Gómez, decidió sacar unas plumas que iban adheridas a su vestido, por «respeto» a la creencia del cantante, y para evitar más «problemas», según dijo más tarde. La tercera noche del festival fue abierta por el cantante italiano Salvatore Adamo, quien puso la nota romántica con una amplia muestra de sus más de 50 años de carrera, que el publicó coreó y premió con dos antorchas y una gaviota.

El público que asiste al festival de Viña del Mar, conocido como ‘el monstruo’ por sus sonoros abucheos, premia con ‘Antorchas’ y ‘Gaviotas’ a sus artistas favoritos, aunque también baja del escenario a quienes no le gusta.

A pesar de que el inicio del recital fue frustrado debido a que el micrófono estaba apagado, Adamo recuperó rápidamente la atención de los 15.000 espectadores de la Quinta Vergara, con una de sus más conocidas canciones: «Es mi vida». En las primeras fechas del festival, Luis Miguel y Marc Anthony fueron las principales figuras que desataron el delirio del público.

Las próximas jornadas estarán protagonizadas por el dominicano Juan Luis Guerra, los españoles José Luis Perales y Rosana, el puertorriqueño Luis Fonsi y el intérprete de bachata estadounidense Prince Roy, junto a los cumbieros argentinos Ráfaga y Garras de Amor.