POR ELIAS RUIZ MATUK
La ejecución presupuestaria en el ámbito militar del país se ha establecido sobre la marcha de las necesidades inmediatas, afirmó un coronel del Ejército Nacional que entiende que con ello dejan de aplicarse criterios de equidad sobre lo que apropiado por las Fuerzas Armadas.

El coronel Miguel Angel Cordero Mejía, actual vice-rector académico del Instituto Especializado de Estudios Superiores de las Fuerzas Armadas (IEESFA), dijo que «esta maraña presupuestal» tiene efectos de consecuencias impredecibles a largo plazo, debido a las tendencias a quebrantar lo que se conoce en los cuerpos castrenses como listeza operacional.

El expone sus consideraciones en el libro «Las Fuerzas Armadas, Historia y Perspectivas», puesto en circulación recientemente en un acto que se llevó a cabo en la Librería Cuesta.

En el capítulo VI dedicado al «Presupuesto de las Fuerzas Armadas» refirió que entre los años 1996 y 2001, la ejecución presupuestaria de las Fuerzas Armadas promedió un 92.5 por ciento de sus apropiaciones, y el 77 por ciento correspondió a la carga fija, «concepto dentro del cual, el sueldo ocupa un promedio aproximado del 97%».

Para Cordero Mejía el análisis le pone a pensar que la realidad de las Fuerzas Armadas son las deudas, «muchas veces especulativas»,  a la que debe recurrir para poder subsistir.

 Afirma que esa situación se traduce en un clima lleno de inseguridad, «tanto dentro como fuera de las Fuerzas Armadas».

Dice que los mandos que llegan deben crear su propia línea de abastecimiento a través de nuevos suplidores, prometiendo pagos a los anteriores, «pero a la vez, remitiéndolos al renglón de la deuda pública».

Explica que fuera del entorno de las Fuerzas Armadas esto provoca inseguridad, «porque es fácil que un suplidor, conociendo los antecedentes, no acceda a conceder un crédito; salvo que lo estime muy conveniente o favorable para sus intereses; o lo que podría ser lo mismo, considere sus inversiones y beneficios muy aseguradas».

Afirma que lo «grave, doloroso y penoso de todo es, que este esquema crea coyunturas que distorsionan el proceso de contabilidad gubernamental y agrava la deuda interna del Estado».

En  un análisis presupuestario, Cordero Mejía muestra un cuadro comparativo sobre el gasto de la defensa durante los períodos comprendidos entre los años 1993 y 2003.

De acuerdo con el análisis hecho  en el año 1995 el porcentaje de ejecución presupuestaria en las Fuerzas Armadas alcanzó un 275 por ciento, lo que consideró una distorsión en el que «podríamos pensar que hubo un derroche de dinero con motivo de la despedida de un gobierno saliente».

«Pero si comparamos el monto de la apropiación con los años anteriores, podríamos determinar que la misma (apropiación) no cubría ni siquiera el concepto de lo que llamamos carga fija», expresa.

Dice que a partir del año 1997 el porcentaje de ejecución, en relación al PIB, se ha ido incrementando «y una de las razones es el incremento de los Servicios Personales, en los que se encuentran la partida de los salarios, cuyos sueldos fueron aumentados en ese año por el entonces Presidente Leonel Fernández.

«No obstante el gasto corriente experimentó un ligero incremento a partir del año 2001, manteniéndose igual el renglón de los servicios personalizados», expresa.

El libro «Las Fuerzas Armadas, Historia y Perspectivas», de Cordero Mejía, contiene 223 páginas, dividido en quince capítulos en los que se habla de diferentes temas como la composición de las Fuerzas Armadas, el marco jurídico, la doctrina estratégica, los roles de las FFAA, el desarrollo nacional, las FFAA y sus aportes al desarrollo, la reforma y modernización de las FFAA, la gerencia estratégica y proyecto gerencia multidimensional.

Cordero Mejía es licenciado en Contabilidad, y ha completado doctorados en Derecho, y recibido varios cursos en los centros educativos militares, tanto dentro como fuera del país.

También es subdirector de Investigación y Proyecto del Instituto de Estudios Geopolíticos de las Fuerzas Armadas (INEGEOFA).