Un crecimiento que asombra «La meta es hacer sostenible este gran salto»

Un crecimiento que asombra «La meta es hacer sostenible este gran salto»

POR CLAUDIO CABRERA
La República Dominicana mostró una increíble capacidad de recuperación al último cuatrimestre del año 2004, a pesar de haber sido devastada por la más fuerte crisis que diezmó desde el 2003 a un país en vías de desarrollo, pero las cifras del crecimiento económico registradas al 2005 por el Banco Central asombran tanto que muy pocos creyeron que en un corto plazo se alcanzaría un 9.3% del Producto Bruto Interno (PIB).

Fue este escepticismo que llevó a la creencia de que, entre otros problemas, el dólar no recuperaría su estabilidad al final del 2004 cuando las nuevas autoridades se instalaron, mientras se daba por sentado que no había manera de atajar la inflación y el creciente costo de la vida, así como las altas tasas de interés y la fuga de capitales.

Pasado el primer año de ejercicio fiscal completo del 2005, el balance parece ser contrario a las premoniciones que advertían, incluso, algunos economistas, en el sentido de que algo más oscuro aguardaba a los dominicanos al final del túnel.

Al tomar entre las manos cifras recién publicadas por el Banco Central sobre el comportamiento registrado por las diferentes actividades económicas, los datos arrojan que de 13 tramos sectoriales a través de los cuales se mide el crecimiento o decrecimiento económico del país, 9 dieron resultados altamente satisfactorios respecto al año 2004.

Los datos son un gran exponente de cómo políticas sectoriales coordinadas con las instituciones gubernamentales y monetarias impactaron en el sector privado, surtiendo el efecto de inducción al crecimiento, lo cual fue aprovechado por el clima de confianza en las directrices gubernamentales tendentes a sacar al país de la resaca dejada por la crisis económica.

«Esto ha sido el producto de la gran dosis de confianza puesta en el país y extendida a los agentes económicos privados», sostiene el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, al ponderar los resultados.

El funcionario expresó que si se analiza a fondo el contexto del crecimiento de la economía dominicana dentro del nuevo escenario de apertura mundial, el país exhibe cada vea más una orientación de sus sectores productivos y de servicios encaminados a la readaptación a un nuevo orden económico, sin que ello implique una ruptura con patrones productivos que debemos reacondicionar para competir.

Las nueve partidas

Un elemento a notar en el desempeño de la economía dominicana en el discurrir del 2005 lo constituye el viraje que se experimentó en la tendencia negativa en las actividades económicas evaluadas.

De un total de 13 sectores identificados en el marco del panel de actividades de bienes y servicios registrados en el PBI al año pasado, un total de 9 arrojaron resultados positivos.

«Todas las actividades económicas contenidas en el PIB reflejaron el comportamiento positivo de la economía -explica el gobernador Valdez Albizu-, menos minería que arrojó un -1.7% al 2005».

En este contexto se cita, acorde a un documento del Departamento de Cuentas Nacionales y de Estadísticas Económicas del Banco Central, un fuerte crecimiento este año del sector comercio con un 19.8%, superando el 0.1% del 2004. También el 7.2% del sector agropecuario que superó el 3.2% reportado el año 2004, siendo de gran impacto sectorial por su alta incidencia en la compormación del PBI.

Resalta que tal auge fue el responsable de sustentar internamente el fuerte crecimiento de la demanda interna, estimulando un mayor crecimiento a la producción interna local «con el crecimiento bastante robusto de un 44.8% de las otras importaciones en divisas a precios corrientes, lo cual dio una expresión reactiva vigorosa al comercio y actividades conexas».

Turismo creció en 7.6% ante un 4.6% del año previo, lo cual auspició la llegada de mayores inversiones en instalaciones hoteleras.

Tal es también el caso del sector de la construcción promovido al auge por el nuevo clima de confianza, lo que permitió pasar de un -6.3% del PBI al 2004 hasta un 6.2% al final del 2005.

En el contexto del sector manufacturero, el crecimiento correspondió a la industria local, ya que el sector azucarero siguió deprimido, en tanto las zonas francas están en situación de cambios internos al cambiar el parque de empresas textiles hacia aquellas de alta tecnología.

Las comunicaciones subieron hasta un 26.8% al año 2005, por encima del 18.3% del 2004. Electricidad y agua, que decayeron a cifras negativas subieron a positivas de 4.6%. El sistema financiero, que registró una caída de 1.0% al año previo, subió en 3.9% al 2005. El sector transporte subió desde un 0.2% a un 10.2% al año pasado, acorde a las cifras a mano.

Crecer con gran demanda

Los documentos de que dispone el Banco Central sobre el crecimiento que estremeció a la opinión pública, revelan que entre otros, el impacto hacia el crecimiento de la economía provino de un fuerte aumento que experimentó el país por el lado del gasto efectuado para importaciones de bienes y servicios.

Mientras las importaciones de bienes gravables en dólares fue negativa en -7.2% al 2004, crecieron 44.8% al finalizar el 2005, las de petróleo y derivados que llegaron a un incremento del 17.8% el 2004, sobrepasaron hasta situarse con un auge del 46.5%, debido al dinamismo que se impuso a la economía. Estas cifras fueron responsables de que la oferta real total se situara en un por ciento de crecimiento desde el 1.4% al 2004 hasta un 11.2% al 2005.

Se verificó, además, un auge a través de otros indicadores colaterales como el consumo privado real (de un 1.7% al 2004 hasta 16.9% al 2005), de la inversión bruta interna (de -6.1% creció a 10.2%), lo cual incluye a la inversión extranjera directa al país, así como la inversión pública que resultó negativa debido a las restricciones del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, en adición a las importaciones de bienes de capital, que sumados conforman la demanda interna real.

También, el crecimiento fue espoleado por exportaciones de bienes y servicios que implicaron fuertes efectos en el crecimiento de estos tramos en el transcurso del 2005 respecto al 2004. Este indicador implicó un crecimiento real global de 5.4% al 2004, mientras que para el 2005, de 7.2%.

El resultado neto de estos indicadores se reflejó en el bienestar del país, particularmente de la población en la que pueden medirse esos resultados.

Según explica la asesora del gobernador del Banco Central, la economista Olga Díaz Mora, el PIB real desde el año 2001 que fue de un 3.6%, logró crecer hasta un 4.4% al 2002, de donde decayó hasta un -1.9% al 2003 a raíz de la crisis bancaria de ese año.

Al año 2004 se recuperó tenuemente y se situó el PBI en 2.0%, para dar el salto hasta un 9.3% al año pasado.

La economista manifiesta que acorde a lo que esto ha significado en cuanto a recuperación se refiere, medido en dólares, al 2001 el PBI corriente per cápita era de US$2,577.5 y al 2002 bajó un poco y se situó en US$2,536.0 por persona, cayendo abruptamente al 2003 por causa de la crisis económica en US$ 1,907.4 por persona.

Luego subió lentamente a US$2,102.2 por cada dominicano, para sobrepasarlo y situarse en US$3,247.0 con una tasa de crecimiento del PIB per cápita de un 54.5%.

Resaltó, además, que la tendencia a la baja reflejada en la desocupación tiende a disminuir con un 17.5%, ya que se redujo en una tasa de 2.2% respecto a octubre del 2004, cuando los niveles de desocupación alcanzaron los 19.7%.

Para este año se espera que el proceso de continuado reactivamiento económico aminore los niveles de desempleo en el país con los nuevos planes puestos en marcha por el gobierno.

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