Un crimen visto desde Ecuador

Un crimen visto desde Ecuador

POR FIDELIO DESPRADEL
Una tarde de asueto, dentro de la vorágine del Foro Social de las Américas, en Ecuador. Regresábamos, Chiqui y yo, de visitar el lago de Ciucocha o «Laguna de los Dioses», una inmensa laguna a tres mil metros de altura, en lo que fue la boca de un volcán, quizás mil o dos mil años atrás.

Un interminable fluir de turistas, pagando para recorrer en bote la magia de aquella laguna milenaria, a mas de tres mil metros de altura, con tres pequeñas islas en el centro, hechas de roca milenaria y misterio. El entorno, celosamente cuidado por la empresa estatal que trata de hacer del turismo, otra tanta de las fuentes de riquezas del país. ¿Qué explotan? La riqueza que la naturaleza les ha dado, generosamente, a todos, repito, a todos, los habitantes del Ecuador milenario.

Al regresar de aquella jornada maravillosa: una sobrecogedora noticia: Nuestros flamantes Senadores aprobaron, bajo la protección de la oscuridad, la Ley de ¦reas Protegidas, donde destruyen parte de las riquezas naturales de todos los dominicanos y dominicanas, supuestamente para «fomentar el turismo» y para «mejorar las condiciones de vida» de los pobladores de las zonas cercanas a cada uno de los escenarios victimas de este nuevo crimen contra la Nación.

Todas y todos los Senadores saben que esto es mentira. Todas y todos saben que la mayoría de los que aprobaron este crimen recibieron millonarias sumas de dinero, aportadas por traficantes apadrinados o apertrechados en las cúpulas de los tres partidos que monopolizan la vida política del país. Todas y todos saben que esta mafia congresional presionó al Presidente para que devolviera al Congreso, a la mayor brevedad, las modificaciones a la propuesta, porque lo que aprobaron la vez anterior, incluso, rebautizó al pico Duarte como pico Trujillo: y esta no era la mayor barbaridad contenida en la Ley aprobada al vapor, bajo el influjo de millones y millones de pesos que van a los bolsillos, ya repletos, de una mafia que deshonra y daña el país de todos los dominicanos.

Los Senadores que deshonran nuestro país saben muy bien que el éxito de España, para solo poner un ejemplo; que la razón por la que en España el turismo no tiene «techo», es, precisamente, porque los turistas tienen acceso libre a todas las riquezas naturales, físicas y espirituales, de la España milenaria. Saben que si se hubiera privatizado la isla Saona, por ejemplo, a ella solo irían los turistas de los dos o tres hoteles exclusivos que se hubieran instalado allí, después que malos dominicanos, por dinero, hubieran cometido el crimen de privatizarla. Y que hoy, la isla Saona, es visitada por millares de extranjeros y dominicanos. Saben esos Senadores, que el éxito de islas diminutas, como Saint Martín, está en que el gobierno es el dueño de las playas y de todas las riquezas naturales, y que todos los turistas tienen acceso a esas riquezas, perfectamente conservadas por el gobierno de esa diminuta isla.

Esto lo saben muy bien los Senadores que vendieron el país «por un puñado de dólares o de pesos». Yo creo, que lo sabe también el señor Presidente de la República, que dejó que los Senadores lo chantajearan, porque los necesita para los «juegos de poder» que se avecinan en nuestro vapuleado país.

Me urge regresar al país para contribuir, aunque sea con mis modestas fuerzas, a revertir el crimen de los Senadores. Y en caso de que los Diputados repitan el crimen, y el presidente lo convierta en Ley, entonces denunciar con nombres y señales, a cada uno de los responsables de este atentado contra toda la Nación, y, haciendo reserva de acciones futuras, dejar sentado que este pleito no se va a quedar en este «round».

En el ínterin, participo en el Foro Social de las Américas, junto a millares de activistas y observadores venidos de todo el continente y del resto del mundo.

En el centro de la atención de una parte de los y las participantes, está el de conseguir que el Foro, conservando el respeto a la diversidad como una estrategia, pueda arribar a propuestas que permitan avanzar hacia ejes comunes para todos los movimientos sociales del continente, y que pueda, también, establecer puentes entre este movimiento social, tan diverso y rico, con los gobiernos progresistas de América.

El problema es que los pueblos de América no nos podemos zafar del abrazo mortal del capital financiero, internacional y nacional, y de las políticas guerreristas de Washington, que a sangre y fuego nos quieren tragar, si no empezamos a concebir nuestra lucha como una lucha continental, donde no solo juegan un papel estelar las masas y las decenas de millares de organizaciones populares y de productores de nuestro continente, sino los propios gobiernos progresistas, que a base de tesón y presión de sus respectivos pueblos, han venido apareciendo en el horizonte y presente de nuestro continente.

Mantendré informado a mis lectores y lectoras, de la marcha de este Primer Foro Social de las Américas. Y a propósito de gobiernos progresistas, una vez culmine el Foro, viajaré a Venezuela, donde se está librando una batalla decisiva para los pueblos y gobiernos progresistas de América. ¡Debemos estar preparados para prestar nuestra solidaridad militante al pueblo venezolano, en el momento crucial por el que atraviesa!

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