Un cumpleaños muy especial

Un cumpleaños muy especial

POR YOANY CRUZ
Cuando una gran parte de la vida se dedica a una noble causa, el paso de los años no pesan, por el contrario, cada día que abre los ojos es un renacer en el espíritu. Así han transcurrido los años de Mary Pérez de Marranzini, quien a sus ochenta años aún lucha por dar mejores condiciones de vida a los que padecen discapacidad física, a través de la Asociación Dominicana de Rehabilitación Dominicana (ADR).

Por lo especial de su persona, su fecha de cumpleaños no puede pasar por alto entres sus familiares y el personal que labora con ella, por tal motivo le ofrecieron una fiesta sorpresa con motivo de su ochenta aniversario.

En la fiesta de cumpleaños realizada en el salón de actos de la ADR, doña Mary fue recibida a ritmo del grupo de Mariachi Guadalajara, que entonó “Las Mañanitas”, “El Rey”, “Si nos dejan”, entre otras canciones mexicanas que la festejada bailó abrazada a uno de sus bisnietos.

Luego, en el salón, un momento de silencio sirvió para que el sacerdote Manuel Ruiz invocara a Dios con estas palabras: “Oh Dios, cuya misericordia no tiene límites y cuya bondad es inagotable, te damos gracias y te pedimos que sigas bendiciendo a Mary Pérez de Marranzini”.

Además, la festejada recibió como regalo un álbum de mensajes escrito por el personal que labora junto a ella, en el que le expresaron cuánto la quieren y le agradecieron por ser un ejemplo para las presentes y futuras generaciones.

Doña Mary expresó lo feliz que se sentía y pedía al Señor le permitiera conservar su mente clara para poder seguir siendo así hasta el último día de su vida.

Agregó que espera que los servicios de rehabilitación sean más eficientes para poder atender a la población con discapacidad que en su mayoría proviene de los estratos más bajos.

Felicitaciones

En su día, Mary Pérez de Marranzini recibió felicitaciones del cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, quien expresó que “hoy la he presentado al Señor de manera muy especial para que él la colme de abundantes bendiciones”.

Freddy Beras Goico la describió como un monumento a la disciplina y la honestidad, una persona que conocerla ha sido un privilegio, haberla tratado un agasajo y trabajar con ella una alegría.

Celso Marranzini dijo: “escribir sobre mi madre es relatar la existencia de un ser excepcional, que no solo ha dedicado su vida a ser esposa, madre y abuela abnegada y ejemplar, sino  el ejemplo más palpable de la entrega por el bienestar”, significó.

Su nieta Ana Isabel Marranzini Madera agregó: “Siempre me ha impresionado su capacidad de darse por entera en ayuda de los demás, sin esperar recibir nada a cambio, su bondad, fortaleza, dedicación, perseverancia, la han hecho una muestra viviente de la bondad de Dios”.

SembLanza

Mary Pérez de Marranzini nació en Santo Domingo, procreó junto a su fallecido esposo Constantino Marranzini, una familia de cuatro hijos; Celso José, Constantino, Alfredo y Andrés, quienes la han convertido en abuela de 14 nietos y bisabuela de cuatro niños.

Es una de las alumnas fundadoras del Colegio Santa Teresita, donde cursó el nivel básico, los estudios secundarios los hizo en la Escuela Normal de Señoritas, donde obtuvo el título de bachiller en Filosofía y Letras con las notas más sobresalientes de su promoción, lo que la hizo ganadora de la Medalla de Oro al Mérito.

Su vocación de ayuda con los discapacitados inició hace 51 años cuando su hijo mayor Celso Marranzini, fue afectado de poliomielitis, viéndose precisada a trasladarlo a Estados Unidos para recibir ayuda profesional; como fruto de su experiencia personal, en 1959 doña Mary era la persona más capacitada en fisioterapia de extremidades inferiores que existía en República Dominicana. De su proyección al servicio le surge la idea de fundar y presidir en 1963 la Asociación Dominicana de Rehabilitación.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas