Un Danilo Medina ameno, conversador

<p>Un Danilo Medina ameno, conversador</p>

POR LEONORA RAMÍREZ S.
De cómo sería Danilo Medina en la presidencia de la República aún no se sabe, pero lo que sí quedó claro ayer es que al aspirante a ese puesto por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) es un hombre ameno y conversador, y los chicos ácidos hablaron con él de todo lo que se les antojó.

Claro que lo hicieron antes de iniciarse la entrevista, porque Medina se presentó a las 12:00 en punto, sólo 20 minutos después de que llegara el ex “speaker” del gobierno, Roberto Rodríguez Marchena.

Medina se rió bastante de las ocurrencias de los colegas, quienes lo pusieron contra la espada y la pared cuando le dijeron que su señal de triunfo (la mano abierta con el pulgar y el índice unidos) se parece a la que usan Donna Sheehan y Paul Reffel, dos activistas que proponen para el 22 de diciembre un orgasmo colectivo en pro de la paz.

Pero no crean que Medina asistió al encuentro con el Grupo Corripio para hablar solamente de eso, porque el hombre esbozó sus planes de gobierno si gana las elecciones presidenciales en el 2008, pero sobre todo cuestionó la reelección porque implica el uso de los recursos del Estado y podría, si el presidente Leonel Fernández intentase quedarse en el poder, hacer colapsar al sistema de partidos.

“No tengo nada en contra de mi compañero de partido, sino una visión clara de lo que le conviene al PLD en este momento, que es la alternabilidad desde el poder”.

A Medina no le importa que en la carrera por mantenerse en el poder los reeleccionistas usen armas dañinas, él está seguro de que ganará las primarias del PLD el próximo año, pero en el caso de que así no ocurra apoyaría al candidato que obtenga el triunfo.

EL SÉQUITO DE MEDINA Y LA REFORMA

Un grupo de 19 personas, entre senadores y diputados, acompañó a Medina. Ante tanta concurrencia legislativa José P. Monegro, subdirector de El Día, le preguntó si los congresistas del PLD seguirán las directrices de él o las del gobierno, en el contexto de la aprobación de la reforma fiscal.

¡¿Todo quedó claro?! Pues Medina dijo que los legisladores se deben a las decisiones del partido, específicamente del Comité Político, por lo que la posición política de los  mismos está fuera de ese ámbito.

EL CONTROL POR EL PARTIDO

El ex funcionario negó que las aspiraciones de él y del presidente Fernández signifiquen  una lucha fratricida por el poder dentro del PLD, porque a su entender nadie, excepto el profesor Juan Bosch, ha controlado a ese partido.

Una militancia de 1.2 millones de personas es difícil que la controle un solo líder, refirió al destacar que en esa organización hay un liderazgo colegiado. Con esa y otras respuestas “el speaker” le guiñaba un ojo al Charlie Mariotti, como en señal de que el hombre estada dando respuestas certeras.

UN ÁCIDO EXAGERADO

Para un chico ácido es un poco cuesta arriba que Medina hable de las cosas que faltan por hacer para llevar al país hacia un crecimiento sostenido, cuando éste es uno de los artífices de la política económica del gobierno.

Lo que pasa, le respondió el ex secretario de Estado de la Presidencia, que cada quien tiene su librito y “yo quisiera que un día los funcionarios me hagan propuestas para yo responderles que estoy agradecido de su colaboración,  pero que quiero que me den la oportunidad de hacer otra cosa”.

ATAJANDO PARA QUE OTRO ENLACE

No quedó claro, como dicen las malas lenguas, si realmente entre Medina y Fernández hubo un acuerdo tácito mediante el cual se repartirían la candidatura presidencial. Aunque un chico ácido le preguntó a Medina si es verdad que  él atajaba para que Fernández enlace, éste le respondió que no vive de los sueños, sino de las realidades, y la suya es alcanzar la candidatura presidencial del PLD.

UN PACIENTE ENFERMO

Medina, por presión de los chicos ácidos, tuvo que hacer algunos “meas culpas”, cuando se le preguntó por qué, en sus dos gobiernos, el PLD no puso en práctica las políticas sociales que prometieron.

El trató de arreglar el asunto diciendo que a los partidos se les elige para realizar un trabajo en específico, como a don Antonio Guzmán en 1978 para que diera apertura política, y al PLD en el 2004 para sanear la economía dominicana y restablecer la credibilidad en las instituciones.

Pero al final no le quedó más remedio que decir que en el actual período “los peledeístas no entendieron que estaban manejando una economía enferma, y tal vez uno de los errores que cometieron fue sostener un nivel de inversiones públicas en un cuerpo enfermo que necesitaba todavía un poco más de tiempo para restablecerse.

“Ha habido otras cosas que yo prefiero que sean los opositores los que las digan, yo pienso establecer que la dirección de mi campaña vaya en función de vender lo que pienso hacer por el país”.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas