Un defensor de la cultura gastronómica

Un defensor de la cultura gastronómica

El chef español Xabier Gutiérrez es partidario de que, como la gastronomía es parte esencial de la cultura de un pueblo, esta forme parte de la educación de las personas.

“Esto empieza de pequeño. Hay que enseñarles a los niños a apreciar sus productos. Hay que hacer una labor de concienciación: igual como se les enseña a sumar y a restar, hay que enseñarles a apreciar su cocina”, indica el chef.

Señala que debe mostrárseles que lo criollo es bueno y dejar de darles tanta comida internacional, de manera que puedan darle valor a la cocina de nuestro país.

La cultura gastronómica hay que potencializarla. Hay que trabajarla desde muy abajo, “llegar a inculcar a los niños que la cultura gastronómica forma parte de nuestra identidad.

La comida de RD. Gutiérrez, quien lleva casi 25 años laborando en el restaurante Arzak, en San Sebastián, España, y estuvo presente en el festival gastronómico Taste Santo Domingo 2013, dice que la gastronomía es algo muy serio y que hay que tomárselo como tal.

“Se debe vender, no solo sol y playa, porque lo tienes garantizado durante los 365 días al año, sino algo más, porque culturalmente ustedes tienen productos y por lo que he visto tienen más entusiasmo de lo que pensaba en un principio”, dice.

Añade que debe haber una revolución, liderada por alguien que coja la bandera de la cultura gastronómica, que la vendan -y la sepan vender- primero en el país y luego fuera.

“Cuando tienes un producto y una gastronomía que tiene base, lo demás es cuestión de trabajo y tiempo. No es de la noche a la mañana. El proceso es difícil. No hay una metodología, pero sale del pueblo. Para que eso salga, las bases deben estar llenas de ilusión, de ganas, para vender esa cultura”, recomienda.

Dice que no es tarea fácil, pero la ventaja de hoy es que, contrario a hace algunos años, cuando no se apreciaba tanto a los cocineros, debido a la labor de muchas personas, ya se está reconociendo el trabajo de los chefs.

Xabier Gutiérrez. Para este chef, la cocina es algo muy sencillo.
“Yo no trabajo, yo me divierto. Este es mi hobbie, vivo por y para esto. Vivo la gastronomía. Lo llevo en la sangre”.

Xabier es psicólogo. Trabajó un año en esa carrera y luego “me metí en la cocina porque me llamaba más, y no me arrepiento”, dice.
En ese entonces este chef tenía 24 años. El resto es historia.

 

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