Debemos alegrarnos y batir palmas cuando la DNCD informa sobre los decomisos de drogas que intentan ingresar al país.
Pero, paradoja, esos mismos hechos deben llamarnos a preocupación y a una reflexión seria sobre el fenómeno.
Las incautaciones aumentan debido a un trabajo más intenso y extenso, a mayor vigilancia y a un mayor interés para que la República Dominicana no figure entre los grandes países receptores y exportadores de drogas.
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Pero, y este pero no debe dejar de estar presente, ¿por qué la República Dominicana es una especie de almacén de sustancias prohibidas que cada día recibe más drogas, almacena más y exporta más?
Agradecemos y aplaudimos las incautaciones. Pero las mismas no disuaden a quienes desde Sudamérica y desde Centroamérica envían los estupefacientes.
La República Dominicana tiene un amplio litoral que se desplaza desde el Este profundo, en la cercanía con Puerto Rico hasta la promisoria provincia Pedernales. Y por aquí ingresan al país los grandes cargamentos de drogas: La Altagracia, La Romana, San Pedro de Macorís, Caucedo, Haina, Barahona y Pedernales.
En esa zona hay muchas cosas juntas. Hay turismo, mucho turismo, hay puertos, hay aeropuertos, hay playas “abandonadas”, etcétera.
Quedan Puerto Plata y Samaná, donde hay mar, puertos, aeropuertos, turismo y lugares aparentemente pocos visibles, fuera de los grandes focos de atención.
Por supuesto, no puede olvidarse ni ponerse a pie de página una larga frontera de más de 300 kilómetros, pródiga para el contrabando de mil caras y para el ingreso al país de marihuana.
El punto en que se encuentra la isla, en el ombligo mismo del Caribe, nuestras debilidades institucionales y las debilidades éticas de burócratas y policías y militares facilitan en el negocio de las drogas en la República Dominicana. Estas son cuestiones señaladas una y otra vez en los informes e investigaciones sobre el tema.
Los destinos de las drogas que tocan el territorio dominicano son atractivos y lucrativos. Estímulos para desafiar los obstáculos y vencer los que necesiten ser vencidos. Estos mercados de destinos son Puerto Rico, Estados Unidos y Canadá y Europa, la vieja y la nueva.
No hay dudas, tenemos que aplaudir los logros de cada día, pero queda una tarea muy complicada y desafiante para evitar convertirnos en el gran almacén de la droga en el Caribe