Un desafío negativo nacional con pocos precedentes históricos

Un desafío negativo nacional con pocos precedentes históricos

Fernando Álvarez Bogaert.

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La desinformación presente en la red social, es un tópico al que, en la actualidad, se le debe prestar cuidado primario y mover la atención de la sociedad en sus ámbitos y estamentos, en consecuencia, una pregunta invade nuestro imaginario:

¿Cómo enfrentar y detener este proceso creciente que transita libremente sin detención aparente?

Daniel Williams, al abordar las noticias falsas en la red social, en artículo publicado en la revista Boston Review (en línea-junio, 2023) se detiene a reflexionar sobre el tema en cuestión y refiere al psicólogo Sander Van der Linder, que expresa, al presentar alternativas a la desinformación en la red social, lo siguiente: “Las personas pueden contraer información errónea como si fuera una enfermedad” y continúa diciendo, Linder “Si vamos a combatirla, no es suficiente curar a las víctimas-desengañarlas de falsas creencias después de que hayan sido infectadas, debemos vacunar a las personas antes de que se infecten”.

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Este símil de la desinformación con salud pública, coincide con nuestro parecer, a un proceso de concienciación debe abocarse la sociedad dada la repercusión de este virus expansivo que contagia a hombres, mujeres y, muy especialmente, a niños, niñas y adolescentes. Apelamos la atención especial de padres, madres y, esencialmente, el sector educacional, en una supervisión cuidadosa, reduciendo el uso inadecuado de plataformas digitales con tránsito de material no acto para estos, generadores de trastornos que llaman a preocupación de profesionales de la conducta.

La desinformación se expande de modo importante al tener como vehículo esencial las redes sociales, generando dudas, incertidumbres en sectores de la sociedad.

Este fenómeno, fortalecido por la tecnología, en persona de la red social, cruzas fronteras, invade espacios público y privado, genera tensiones sociales y, en definitiva, desdibuja la realidad en la que opera.

Recientemente, la ONU levanta su voz ante el progresivo proceso desinformativo e invoca la implementación de un “Código de Conducta” que permita la verificación de la información en tránsito

La desinformación en la red social encuentra un nuevo escenario que le hace favorable a su crecimiento sustancial, nos referimos al desarrollo de la Inteligencia Artificial que, en los últimos meses, ha provocado inversiones multi billonarias en la creación de nuevas herramientas que posibilitan que, temas como el que abordamos, encuentren mayor expansión.

Debemos buscar orientación de las instituciones públicas y privadas a nivel internacional en la exploración y reducción de los efectos negativos de este desafío; darle seguimiento profundo y constante a los esfuerzos que los países más avanzados estén llevando a cabo al respecto.

Distintas naciones de Europa y sectores de otras naciones como Estados Unidos, tratan de establecer controles en su operatividad, aunque existe incertidumbre al respecto.

Estamos ante uno de los más grandes y difíciles desafíos históricos, demandando un esfuerzo colectivo, constante y grande del presidente y del liderazgo religioso, político, económico y social.

A nuestro juicio, esta situación demanda actuar ¡ahora y sin demora!

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