La experiencia de la fe y la enfermedad terminal, fue el tema que trató Luis Emilio Montalvo Arzeno durante el desayuno que cada año organiza la Pastoral de la Salud de Arquidiócesis con su voluntariado a beneficio de los programas que desarrollan.
El desayuno- conferencia inició a las 8:00 de la mañana, ayer martes, en el salón La Mancha del hotel Barceló con la asistencia de religiosas, médicos y personas relacionadas al área de la salud.
Ingrid de Feris, de las organizadoras, explicó que con este desayuno buscan propiciar un espacio de reflexión y evangelización en torno a un tema tan importante como este, que permita conocer los aportes que la espiritualidad ofrece a la salud, infundiendo esperanza y paz a los enfermos.
Informó que la Pastoral tiene una escuela de formación que humaniza y evangeliza a profesionales y voluntarios en salud, a través de la Asociación de Voluntariado de Hospitales y Servicios (ADOVOHS), que coordina y crea voluntariados en los centros de salud del país.
En su disertación, Luis Emilio Montalvo Arzeno destacó que la gente que ora se caracteriza por cierta persistencia del sentimiento del deber y de la responsabilidad, por menos envidia y maldad, por cierta bondad para con sus semejantes.
Manifestó que muchos pacientes de enfermedad terminal mantienen una rebeldía ante la enfermedad y concluyen su existencia sin un verdadero cambio en su vida.