Hoy 
Existe la percepción general de que las alzas en los precios petroleros se reflejan en aumento de los precios locales de los derivados, pero no hay tal reciprocidad cuando baja el costo del crudo.
Esa percepción se acentuó este fin de semana, cuando los precios locales de los carburantes no siguieron la caída del precio del petróleo West Texas Intermediate, que nos sirve de referencia. En vez de rebaja, los precios de los carburantes fueron congelados en los niveles de la semana anterior. Es probable que al congelar los precios, el Gobierno procurara compensar alzas que ha absorbido para evitar transferir al consumidor aumentos muy fuertes del petróleo.
Al margen de la posible causa de esta decisión, sería conveniente que en lo adelante se haga un desglose de los componentes del precio final local de los derivados. Es decir, un detalle de precios internacionales de los destilados que importamos, cargos por flete, seguros, canje monetario y, naturalmente, impuestos y costos de intermediación.
Los mercados de crudo y destilados se rigen por factores no siempre coincidentes. Por eso, una fluctuación del valor del petróleo no necesariamente influye una tendencia similar en los precios de los derivados. Aquí la gente percibe, con sobrada razón, que cuando el petróleo sube, los derivados suben, pero si el crudo baja, los carburantes no bajan.
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