Un 5 de diciembre, pero del año 1492, el almirante Cristóbal Colón arribó a la isla La Hispaniola en la cual conviven Haití y República Dominicana, aunque para la fecha no existían estas naciones.
La Hispaniola fue el nombre que recibió la isla por la belleza natural que poseía y la cual Colón consideró tenía semejanza con algunas regiones de España.
La isla estaba habitada por taínos o arawacos, y divida en cinco cacicazgos: Marién, Maguá, Jaragua, Higüey y Maguana, siendo cada uno de éstos, dirigidos por un cacique.
La isla era fértil y de suma importancia para los españoles, quienes la veían como una fuente de ingreso. Estos podían obtener oro y de manera estratégica hacer trueques o intercambios con los indígenas.
Originariamente, los taínos llamaban a la isla, “Ayti o Haity”, que significaba tierra montañosa.
Más tarde para 1493, colón llegó por segunda vez a la isla y nombró el Este de país como “La Isabela”, en honor a la reina de España, quién durante todo el trayecto, lo había ayudado a financiar sus viajes.
Después de varios intentos de establecer colonias en la costa norte de la Hispaniola, se estableció la primera ciudad permanente en el Nuevo Mundo: Santo Domingo, ubicada en la costa sur, llevando toda la isla el mismo nombre.