Un día como hoy, pero en el año 2020, siendo alrededor de las 11:11 de la mañana, la Junta Central Electoral anunció al país una decisión sin precedente en la historia de la democracia dominicana: la suspensión de las elecciones municipales de febrero.
Desde tempranas horas de la mañana de ese 16 de febrero, varios colegios electorales habían reportado fallas en el sistema de voto automatizado, mecanismo novedoso para realizar comicios en la República Dominicana. Más 5,200 millones de pesos invirtió la JCE en la celebración de este certamen que terminó siendo una pérdida invaluable para los dominicanos.
Las fotografías de los candidatos no cargaban en la plataforma, en algunos colegios, incluso, solo cargaba la imagen de los candidatos oficialistas. Largas filas de electores enfurecidos que permanecieron hasta dos y tres horas esperando que la mesa iniciara el proceso de votación sin entender qué sucedía.
Partidos opositores comenzaron a denunciar lo sucedido. El problema se fue acrecentando, hasta que la Junta Central Electoral convocó una rueda de prensa para anunciar la suspensión total en todo el territorio nacional las elecciones debido fallas en el sistema de votación.
El presidente de la JCE de ese entonces, Julio César Castaños Guzmán, solicitó una investigación para determinar la causa.
Los partidos políticos se echaron la culpa unos con otros de lo sucedido.
Al Partido Revolucionario Moderno (PRM) le causó suspicacia que el problema con el voto del automatizado solo afectara a los partidos de oposición y solicitó que fuera la Organización de Estados Americanos (OEA) quien investigara estas irregularidades.
“Esta crisis tiene responsables y exigimos identificar a quiénes propiciaron este grave daño a la democracia dominicana”, dijo enérgicamente Luis Abinader en la Casa Nacional del PRM, minutos después de que se hizo público la suspensión de los comicios municipales.
Leonel Fernández dijo que los problemas con el voto automatizado reafirmaron su denuncia cuando perdió ante el Gonzalo Castillo las elecciones primarias del PLD.
“El único partido que extrañamente no se vio afectado por ninguna de estas circunstancias anómalas, fue el partido de gobierno, cuya actual cúpula dirigencial, desde hace algún tiempo, viene cultivando una inescrupulosa conducta de irrespeto a la Constitución, de desconocimiento de la institucionalidad democrática y de quebrantamiento de la voluntad popular”, expresó Fernández.
De su lado el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) denunció que ocurrió un sabotaje en el proceso electoral municipal y creyeron que sectores a lo interno de la Junta Central Electoral (JCE) habían participado en él.
La gestión de Castaños Guzmán se vio empañada por esta tragedia para la democracia.
Manifestaciones en la Plaza de la Bandera
La Plaza de la Bandera, ubicada frente a la sede del organismo, se convirtió en el campo de batalla donde ciudadanos de todas las esferas sociales y políticas reclamaron una investigación de lo sucedido, la destitución del pleno de la Junta, elecciones transparentes, consecuencia para los responsables de este error, entre otras reivindicaciones.
Coronel y técnico de Claro
La Policía arrestó al que fuere miembro de la seguridad del entonces candidato presidencial Luis Abinader, coronel Ramón Antonio Guzmán Peralta, junto al técnico de la compañía Claro, Manuel Antonio Regalado. Durante una rueda de prensa, el vocero del organismo policial Frank Félix Durán, dijo que ambos actuaron en complicidad para cometer el fraude en colaboración con supuestos autores intelectuales por una conversación en la que hablaban sobre posibles irregularidades vistas por el técnico.
Tras la ola de protestas, el Gobierno ordenó al Ministerio Público que dejara sin efecto la investigación y se contrató a la Organización de Estados Americanos (OEA) para que realizara las pesquisas.
Por el hecho, la JCE canceló al director de informática, Miguel Ángel García y a otros funcionarios de esa dirección.
Informe de la OEA
Tras casi dos meses después de las fallidas elecciones de febrero, la Misión de la OEA rindió su informe sobre qué sucedió para que la noche anterior de las elecciones el sistema de voto automatizado presentara problemas.
El informe de 45 páginas determinó que las fallas en el sistema se produjeron por negligencia de la dirección de Informática de la JCE y no por ataques externos al software.
Castaños Guzmán resaltó que “no hubo sabotaje ni evidencia de fraude y que no hay evidencias de un ataque externo”, por lo que lo acontecido en las elecciones municipales del pasado 16 de febrero se trató de “un error humano, de una negligencia humana, de una falta de comprobación de la calidad humana”.
Estas elecciones suspendidas serán recordadas por el pueblo dominicano, ya que desde el 1996 hasta ese día, los certámenes electorales se habían efectuado sin un contratiempo tan mayúsculo como ese.