Un Día de la Madres de regocijo
para unas y  de tristeza  para otras

Un Día de la Madres de regocijo <BR>para unas y  de tristeza  para otras

Cuando a Glorimil Arambole, de 26 años de edad y madre de tres niños, se le pregunta cómo va a celebrar hoy el Día de las Madres, la respuesta llega sin vacilación alguna: “yo me trancaré a llorar”.

La joven, residente en el sector capitalino Capotillo, narró que hoy será un día de desesperanza porque no tiene trabajo ni seguridad para alimentar a sus hijos, como ocurre a cerca del 35% de las dominicanas, según la encuesta Endesa.

Sentada en la esquina de un colmadón del  populoso sector,  Glorimil se confesó una “chica de la calle libre”, que reúne en las esquinas lo que puede para sobrevivir.

 Mientras ayer  las tiendas se abarrotaban de clientes que buscaban regalos para sorprender a sus madres, la muchacha apretaba en sus brazos al menor de sus tres hijos, Yoreiby, y se aferraba a RD$35 y a un  celular.

En casa le esperaba su madre, también desempleada, y  sus  dos hijas de 11 y ocho años de edad. Su esperanza es que no conozcan la maternidad temprano, como el 24% de las chicas entre 12 y 19 años.

Entre  flores, regalos y felicitaciones, las dominicanas celebran hoy el tradicional Día de las Madres, una fiesta que reúne a las familias en torno a la idea de agradar  a sus progenitoras.

Sin embargo, el último domingo de mayo es, además, una ocasión que trae  nostalgia y hasta tristeza a muchos hogares por el recuerdo de las madres fallecidas y aquellas que atraviesan   dificultades.

La encuesta Demográfica y de Salud (Endesa) estimó que el año pasado  había más de un millón de madres solteras, cuyos hogares registraban una tasa de pobreza de 20.1%, de acuerdo con el Banco Central.

A pesar de esto, el Día de las Madres reactiva la economía formal e informal y es motivo de actividades sociales en las escuelas, lugares de trabajo, clubes, juntas de vecinos y otros.

Desde posiciones ejecutivas o como trabajadoras informales, estas mujeres se las ingenian para ayudar a sustentar sus hogares o para hacerlo solas.

Un recuerdo vivo.  El Cementerio Nacional de la avenida Máximo Gómez se convirtió ayer en un hormiguero de personas que visitaban  y limpiaban las tumbas  de sus madres fallecidas.

Entre ellos las tres hijas de Engracia Díaz Mejía, quienes asistieron con hijos y nietos al panteón.

Engracia, Ana Lucía y Josefina no son extrañas al camposanto pues lo visitan cada sábado desde el  1994, cuando falleció su madre. Además, han hecho una costumbre traer al lugar “sus logros y penas”.

“Es una forma que tenemos de mantenerla viva”, afirma Ana Lucía, quien dijo que hasta ahí llegan  los recién nacidos, vehículos nuevos, títulos universitarios y otros logros de los miembros de la familia.

 Un día como hoy la familia completa se reúne en el panteón y pasa la mañana cantando las canciones favoritas de doña Engracia, iniciando por el Himno a las Madres, desde donde parten a un almuerzo.  

Las claves

1.  Madres solteras

 La Encuesta Demográfica y de Salud (Endesa) estimó que  el año pasado en el país había  más de un millón de madres solteras, por elección, viudez o divorcio. Se trata de mujeres esforzadas que en su mayoría viven en la pobreza.

2.  En las cárceles

Miles de madres dominicanas pasan el día de hoy haciendo fila en la entrada de un recinto carcelario para visitar alguno de sus hijos, como cada domingo.

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