Un día en la vida de una madre soltera dominicana

<STRONG>Un día en la vida de una madre soltera dominicana</STRONG>

Cada día son más las mujeres dominicanas que tienen que sacar adelante a sus hogares por el abandono de sus maridos, y es que el patrón de familia “normal” que hace 20 años se tenía ha variado radicalmente. Hoy, numerosos son los casos de hogares que llevan un “matriarcado” que no es más que el hogar que está presidido por la mujer.

Lucía Vázquez es una de ellas. Se trata de una madre de cuatro hijos, soltera, que a diario lucha por sacar sustentar a sus hijos.Con ella pasaremos un día para determinar cómo puede sobrevivir ante una sociedad dominada por hombres y que hace difícil  las oportunidades de desarrollo.

Un día en su vida. Son las 6:45 de la mañana, hora en la que empieza su labor Lucía Vázquez, conocida por todos como “Lucy”, mujer batalladora con un espíritu que no se deja flaquear ante las adversidades.

Con  rostro amable y contextura delgada desde muy temprano inicia los trabajos necesarios para que sus hijos crezcan sanos y salvos en un barrio que no les da los mejores ejemplos.

Así, esta luchadora debe alistarse en su afanada faena, atravesar las peligrosas y angostas calles del barrio Las Cañitas para buscar el pan de cada día.

Son las 10:00 de la mañana. Sus hijos menores están en la escuela y el mayor, de diez años, está en su práctica de béisbol. Mientras la madre hace hasta lo imposible por guardarles que comer a sus pequeños retoños que ajenos a su realidad, ignoran la forma tan dura en que ella se gana la vida, quien debe subsistir en un mundo machista.

Lucy vende frutas en un triciclo, circula por los barrios, yendo al mercado,  enfrentando groserías y engaños de farsantes que quieren aprovecharse de su apariencia «desamparada», ignorando que la vida le ha dado la suficiente gallardía para sobrevivir en “un mundo de víboras”.

A la 1:00 de la tarde, los niños regresan del liceo hambrientos. La madre, «quizás» más exhausta que ellos, se apresta a preparar el almuerzo, entre suplicas de hambre, desespero y frustración, de ella y sus hijos, al no ver atendidos a tiempo sus reclamos.

Por fin, a las 2:15 de la tarde, está listo el almuerzo. Los niños se ven alegres como si les hubiesen regalado sus juguetes favoritos; corren despavoridos a la cocina en busca del manjar; comen de una forma acelerada y disfrutando cada bocado que se introducen a la boca.

La madre en una esquina, observándolos, deja caer unas lágrimas ante la impotencia de no poderles dar los alimentos que ellos necesitan, pero a la vez con una muestra de felicidad en su rostro al presenciar que sus hijos estan contentos con lo poco que ella le da.

A las 3:00 de la tarde llega el hijo mayor, hambriento, con la noticia de que había “pegado un home run”. La madre lo abraza con fuerza, lo felicita y le da su comida. Él, contento, la degusta sin pensarlo dos veces. Lucy le deja comer y le encomienda cuidar a sus hermanitos porque ya es hora de regresar a “chiripear», !Claro! no sin antes decirle a su vecina de en frente, Doña Luisa,  que les «tire un ojo» y les dé una vueltica para ver cómo están.

De regreso a casa. Regresa a la casa a las 9:00 de la noche. Ve que los dos más pequeños están dormidos y los mayores de 8 y 10 años la esperan para preguntarle cómo le fue. La vecina que la ve llegar le dice “no se preocupe vecina que ya cenaron y dos de ellos se acostaron.” A lo que ella no alcanza más que decir desde el fondo de su corazón “gracias”.

Los niños ansiosos le preguntan: ¿Cómo te fue? ¿Qué nos trajiste? A lo que ella asiente con la cabeza y contesta: “muy bien mis tesoros” y procede a darles unas galletas que les trajo. Los acuesta, los bendice y observa sus caras felices que ignoran cuán duro trabajó para conseguirlas.

Preguntas y más preguntas. ¿Son las mujeres realmente el sexo débil? ¿Existe una relación entre el dinero y la felicidad?  ¿Es la sociedad justa al llamar “normal” a las familias compuestas por padres y madres, y a las demás “disfuncionales”?  ¿Se están impulsando o generando los cambios que necesita la familia dominicana?Al ver este caso, ya no hay una sola respuesta a estas preguntas.

Esta madre, con limitaciones de tiempo, de dinero y hasta de un compañero ha sabido poco a poco guiar a sus hijos hacia un camino de felicidad y honradez. Día a día, sin importar las adversidades, busca sacar adelante a sus hijos, un ejemplo de que no importa los problemas,  las limitaciones,  siempre podemos encontrar la luz al final del camino.

La historia de Lucy es una muestra más de que nada es imposible, si nos proponemos las cosas.

Mujer no es sinónimo de debilidad. Mujer es coraje, es belleza, es firmeza.

EL ZOOM

El Dato

Según datos de un censo reciente en el país, hay más de un millón y medio de madres solteras. Más del 35% de los hogares son encabezados por un solo miembro, y de esos, cerca del 90% está bajo la responsabilidad de mujeres. El 20.1% de las familias de jefatura femenina vive con menos de dos dólares al día.

Crédito fotos: Fuente Externa.

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