El índice de ascenso de la economía dominicana sigue mostrando un efecto restringido. No se alcanza aún la meta de que el auge en producción de bienes se traduzca con amplitud en bienestar para la población. Problemas puntuales en materia de desempleo, baja calidad en educación, precaria asistencia hospitalaria, limitada cobertura de la Seguridad Social y desórdenes en lo habitacional-urbano y ambiental, siguen tan presentes en dimensión como hace quince años y en algunos aspectos, como la incapacidad de manejar la sobreabundancia de basura que amenaza la salud humana y la conservación de recursos naturales, es mayor la deuda social acumulada. Una infuncionalidad estructural deja a un gran sector de la población sin integrarse a la actividad productiva y al progreso y las políticas y leyes vigentes propician poco el ascenso de los individuos hacia mejores niveles de vida. El desarrollo de condiciones para generar empleos de calidad se está quedando corto.

No puede suponerse que el descenso de los niveles de pobreza de un 44% a un 30% implica más equidad en la derivación del crecimiento, porque aparte de significar que casi un tercio de la población sigue sometido a agudas necesidades, las categorías sociales de mejor posición en ingresos están comprendidas, y son víctimas, de la ya proclamada y admitida exclusión del crecimiento que golpea con dureza a la clase media baja.

Buena señal en escuelas públicas

La manifiesta tendencia de miles de padres de familia a trasladar a sus hijos desde colegios privados a escuelas públicas es un giro importante hacia el cumplimiento de la obligación del Estado de brindar educación gratuita y de calidad en un país en el que, con toda seguridad, para la mayoría de la población el pagar por la enseñanza es de mucho sacrificio, cuando no imposible.

La necesidad obliga a veces a la gente a tomar decisiones y aunque ahora hay más escuelas, el objetivo primordial de que sean suficientes y de que el desempeño de los maestros supere importantes fallas, comienza a manifestar más confianza en la docencia pública. Las autoridades se muestran conscientes de estas limitaciones y se acrecienta el compromiso de resolverlas, lo que incluye dar más dimensión a la capacitación magisterial.