Un discurso desafortunado

Un discurso desafortunado

Pedro René Almonte Mejía.

Tal como dice su lema histórico, el Partido de la Liberación Dominicana es un ente creado por el profesor Juan Bosch para servir al pueblo; desde sus comienzos se instruía de manera estricta en los círculos de estudio; aquello de que esa organización fue diseñada con el único propósito de lograr “una patria libre, soberana e independiente, en la cual impere la justicia social y el respeto a la dignidad humana».

Pasaron los años y el Partido de la Liberación Dominicana fue sometido a diversos procesos y experiencias electorales, cada vez ganando más adeptos por figurar ante el electorado como un partido que marcaba la diferencia frente a los demás. En el año 1996 el PLD llega al poder aliado con el Dr. Joaquín Balaguer, conformando lo que se llamó por esos años “El Frente Patriótico Nacional”. Dicha alianza se configuró para cerrar el paso al PRD de José Francisco Peña Gómez, bautizado por el mismo Balaguer como el “camino malo”. De modo que, sin más el PLD llegó al poder con un joven y poco conocido  Leonel Fernández como figura principal; entonces se olvidaron los preceptos liberales y progresistas del Profesor Juan Bosch, se inició el mayor proceso de privatización y venta de empresas del Estado en toda la historia de la República Dominicana. Dicho proceso se le vendió al país como la cura de todos los males, pasaron los años y los hechos demostraron que fue un craso error.

Para esos años el pueblo y la Constitución no importaban tanto como ahora, cuando en el discurso del 25 de mayo del presente año el expresidente Fernández citaba la frase de Abraham Lincoln: “La democracia es el régimen del pueblo, para el pueblo y por el pueblo.” Me sorprendió oír esta frase proveniente de él (Fernández) porque inexplicablemente al pueblo no se le tomó en cuenta para privatizar las empresas del Estado, ni para concesionar los puertos y aeropuertos, tampoco para  ceder los peajes de las carreteras del país, ni mucho menos se consultó al país (referéndum) para saber su opinión sobre el contrato 97-3 contraído entre el Estado Dominicano y la empresa minera Barrick Gold, tampoco se consultó al pueblo para la compra de los aviones Supertucano.

Hoy, sí se necesita consultar al pueblo para poder modificar la Constitución y permitir la reelección presidencial consecutiva y nunca más, la fórmula que el mismo pueblo apoyaba pero fue ignorado; pero la modificación “integral” de la Constitución en el 2010 versó de una manera distinta.

El país está de pláceme con el Presidente Danilo Medina y sin lugar a dudas me atrevo a decir que si Bosch fuera el Presidente del partido en la actualidad , no sería obstáculo para que él (Danilo) se repostulara en el cargo, muy por el contrario estaría orgulloso de la buena obra de gobierno que encabeza su discípulo , mas no es el caso del expresidente Fernández que no sólo se presenta como obstáculo, si no que con esta actitud lleva intranquilidad y nerviosismo a distintos sectores de la vida nacional, y mucha angustia y ansiedad dentro de las filas del Partido de la Liberación Dominicana.

El expresidente Fernández en su discurso del pasado 25 de mayo expresó que hace suyo el salmo 23, el cual se le atribuye a David el ungido la autoría del libro de Los Salmos en el cual está dicho Salmo 23 y otros 149 más que en esencia son canciones para adorar a Dios. Pero, ¿quién fue David? fue un rey israelita, sucesor del rey Saúl y el segundo monarca del Reino de Israel, logrando unificar su territorio e incluso expandirlo.

David perteneció a la familia de Isaí, de la tribu de Judá. Según 1 Samuel 16:11 y 17:12, era el menor de los ocho hijos de Isaí y, como era costumbre en esos tiempos, el menor era el más postergado y al que se le daban las tareas pastoriles. Tres de sus hermanos mayores fueron soldados del rey Saúl. Samuel, el profeta, viajó hasta Belén, por mandato de Dios, para buscar al nuevo “ungido”. Los candidatos debían ser de la familia de Isaí.

Una vez en casa de Isaí, el profeta Samuel conoció a siete de sus ocho hijos, pero ninguno le resultó el ungido. Cuando preguntó si faltaba alguno, Isaí llamó al más pequeño: David, y cuando el profeta lo vió, supo que era él. Allí, delante de su padre y hermanos mayores, le ungió como futuro rey de Israel.

Expresidente Fernández, quiero dejarle esta frase que le dijo el rey David a su hijo Salomón: «No derramar sangre, ni buscar revanchas, mas seguir los preceptos del Señor».

*Pedro René Almonte Mejía está en Twitter: @pralmonte. 

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