Transitó lo correcto, plausible y cónsono con los requerimientos ciudadanos el presidente Leonel Fernández en su alocución al país en ocasión de su tercera juramentación al solio presidencial el 16 de agosto.

Aludió al programa energético con un conjunto de nuevas generaciones, la autopista eléctrica SD-Santiago, Pepillo Salcedo-Santiago y Hatillo-Julio Sauri, y la promoción de energía alternativa y el documento legal que la auspicia.

Alusivo a la salud social esbozó la Receta Única y la Red Pública Única que integrará todos los centros públicos de salud elevando la eficiencia y calidad de la medicina social apuntalado por SENASA y ampliación de PROMESE, así como elevar la cartera de préstamos al sector agropecuario en RD$7 mil millones impulsado por un equipo eficiente integrado por la SEA-IAD-BAGRICOLA, INDRHI-INAPA.

Los acueductos de Higüey, Nagua, Baní, Samaná y ampliación de San Cristóbal y La Romana, y la construcción de las presas de Monte Grande y Guaigüí, que debiera añadirse la de Montemayor, en Comendador.

Pronosticó el apoyo a la diversidad del turismo ecológico, de montaña, aventura, no reducido como hasta ahora a sol, arena y mar, una obsolescencia que será superada con el incumbente que conoce la estrategia porque ha manejado el sector inmobiliario privado y el auge de complejos turísticos privados.

Aludió al valor de la juventud, a nuestro Padre Inmaculado de la Patria,  Juan Pablo Duarte, que apenas contaba con 25 años cuando forjó La Trinitaria; Bill Gates, que creó Microsoft con 30, Server Brin a Google y los teenagers que crearon la página web YouTube, intentando elevar el alter ego de nuestra juventud, en un porcentaje tenebroso presa de las drogas.