Un documento para todos

Un documento para todos

Es ya una tradición que para la festividad de Nuestra Señora de la Altagracia los obispos dirijan una Carta Pastoral al pueblo dominicano en la cual la Iglesia Católica aborde la problemática que viva el país en ese momento.

Este año no fue la excepción. El documento no tiene desperdicios y reclama que ante la crisis que nos agobia cada quien asuma su responsabilidad y aporte soluciones, desde el Presidente de la República hasta el más humilde de los ciudadanos.

Un elemento que cita la carta como motivo de preocupación es la campaña electoral la cual, a juicio de los obispos, puede agravar más la crisis por el evidente desbordamiento de las pasiones políticas. ¡Ojalá que no sea así! Quisiéramos que el pueblo dominicano, de manera inteligente, se conduzca con serenidad y comedimiento en este proceso.

La Iglesia Católica también está llamando a la oración. Nada más necesario en estos momentos. No importa cuál confesión religiosa se profese: hay que poner en manos del Todopoderoso las necesidades del país y el anhelo de los dominicanos y dominicanas.

Esta crisis tiene una particularidad y es que de una forma u otra los sectores pudientes y humildes han sido tocados y cada uno la siente con la intensidad en que afecta sus intereses.

Hay un llamado a huelga y sería bueno que se evaluara el paro del pasado 11 de noviembre y los organizadores nos explicaran cuáles cosas positivas se lograron para el país y qué esperamos conseguir ahora, porque si a partir de esa jornada hay más justicia social, la situación económica mejora, nuestros dirigentes toman conciencia de cuál es su responsabilidad, no se producen atropellos contra la ciudadanía que legítimamente hace uso de su derecho a la protesta civilizada y los organizadores garantizan que el control del movimiento no escapará de sus manos y que, por ende, no se producirán actos anárquicos con los cuales se pretendan justificar el uso de la fuerza por parte de los policías y militares que lanzan a la calle, entonces vale la pena apoyarla.

Mientras tanto, hacemos un llamado a todos y todas para que la Carta Pastoral sea leída, analizada y que cada quien haga suya la parte que le corresponda, para que de esa manera aportemos aunque sea un grano de arena para la solución de la grave problemática que vive en estos momentos el pueblo dominicano.

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