Un ejemplo a imitar

Un ejemplo a imitar

En nuestras colaboraciones, hemos sido siempre renuentes a señalar firmas, marcas o productos que inciten a su distinción, sin embargo, este aviso lo consideramos una innovación digna de ser imitada por otros establecimientos similares, que a sabiendas de las penurias y las vicisitudes que afrontan los productores agropecuarios, mantienen una política de pago que acogota a estos hombres y mujeres del campo, que muchas veces deben apelar a recibir una disminución en el precio de venta, o acudir a prestamistas inescrupulosos que le merman el poco beneficio que puedan obtener en determinada operación comercial.
Es por lo anteriormente expresado, que mencionaremos directamente a los Supermercados Bravo, que para incentivar a los productores agropecuarios, han decidido pagar en efectivo contante y sonante las entregas, tal y como afirma el presidente del Grupo Rafa Monestina: “Pagamos al Cacarazo”.
¿Cuáles consecuencias se derivan de este pago al contado? Casi la totalidad de los supermercados y distribuidores de productos frescos del campo han sido sometidos a un inicuo procedimiento de pago luego de la entrega de las mercaderías. La norma ha sido, el pago a los noventa días de entregada la mercancía, extendiéndose a veces hasta ciento veinte días, sin que el productor pueda exigir rédito por la dilación en el pago. Algunos hoteles o supermercados tienen una especie de “oficina de pagos por adelantado” al cual puede acudir el productor para, mediante la deducción de un cinco a un ocho por ciento del total de la venta, obtener el pago de inmediato antes del plazo acostumbrado, lo cual implica vender por debajo del precio inicialmente acordado.
Según el anuncio aparecido en la prensa escrita, los suplidores de alimentos frescos al Bravo, desde el mes de abril: “reciben una transferencia en sus cuentas bancarias, horas después de haber entregado los productos en el centro de distribución”.
Lo anterior desatará una “ competencia reivindicadora” que en un futuro inmediato podría motivar a los productores a mejorar sus predios agrícolas. Además, reducirá sustancialmente el riesgo de perder los productos agrícolas, especialmente los de ciclo corto, al poder reinvertir el pago recibido, sin tener que esperar los plazos injustos a los cuales eran sometidos por expoliadores, que se escudaban para favorecerse, desde su condición ventajosa de mayoristas.
Las asociaciones, cooperativas y organizaciones de productores, tienen en este sistema de pago, un elemento que le minimiza el riesgo de perder sus cosechas debido al tiempo de entrega. Al asegurar la compra por pago inmediato, se libera del riesgo que corre con el producto en el campo, ya que los centros de acopio de los mayoristas, les aseguran la conservación intacta de los productos perecederos, vía depósitos refrigerados, en donde reciben la temperatura adecuada para su preservación.
Somos de opinión que este sistema de pago “al cacarazo” cambiará la mentalidad de los compradores, los cuales imponían plazos irrazonables debido a que el mayorista vende al contado, sea por dinero efectivo o por tarjeta de crédito. Ahora estarán parejos.
De nuestra parte, en tanto que productor, abrigamos la esperanza de que pronto se avecine un sistema en el cual todos los que se dediquen a parir la tierra, puedan requerir el “dando y cobrando”. Eso será el mayor incentivo para que exista una convivencia estable y justa entre los diferentes participantes en la cadena de productores y vendedores. ¡Ojalá que este sistema que acabamos de apoyar, se convierta en una palpable realidad!

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