Perla del Río estimula a jóvenes a dar el gran paso de asumir su vida y emprender proyectos para su beneficio y el de la sociedad
La consecución de una meta está ligada a las circunstancias, claro, pero ese mismo factor puede ser manejado a favor por difícil que parezca con una buena dosis de esfuerzo y la empresaria Perla del Río añade confianza en Dios.
Cuando habla de sus comienzos, recuerda los duros que fueron en su empresa ArquiTouch By del Río, de importación de cocinas y closets modulares europeos y afirma que aún es un desafío, porque todo lo bueno cuesta entrega, dedicación y dinero pero acepta cada reto como un aprendizaje.
Por esto persiste, para ser ejemplo de la juventud y probar con su propia historia que es posible. Todo comenzó “como una idea en mi cabeza, mientras finalizaba mis estudios de arquitectura en la universidad autónoma de Santo Domingo (UASD) y laboraba en otra empresa desde los 19 años”.
Parte de su respaldo a la juventud es la promoción del empleo y emprendurismo, y aunque su personal ha sido reducido por la pandemia, confía en que las cosas mejoren y haya más oportunidades.
Como mujer entregada al cristianismo, considera que desde muy pequeña Dios la mueve a ser ejemplo para los jóvenes, que la ha instado a respaldar y fomentar los valores, tan importantes para la convivencia de la comunidad, la sociedad y la vida misma.
“He sido muy bendecida y por eso quiero dar muchas gracias al Señor, por el apoyo incondicional de mis padres y familiares que han estado mano a mano conmigo, por amigos que son invaluables, siempre aportan ideas, contactos y todo tipo de ayuda”, expresa.
Perla explica que la idea de su trabajo es transformar, ya sea en el hogar, oficina, espacio de recreación o cualquier otro proyecto y proclama que con este esfuerzo de ArquiTouch envían un mensaje contundente a la juventud y al país, lograr un objetivo pese a los escollos.
Su despedida es una observación a los muchachos a laborar con tesón para alcanzar objetivos valiosos.