Un enorme Riesgo sanitario

<STRONG>Un enorme Riesgo sanitario</STRONG>

Uno de nuestras omisiones  más peligrosas es la falta de actualidad de los  registros y controles sobre bienes de uso y consumo. Una muestra patética de esto la puso de manifiesto recientemente el viceministro de Salud Ambiental, Roberto Berroa, quien afirmó que al país ingresan unos 300,000 productos extranjeros, pero solo 30,000 tienen registro sanitario. Se trata de bienes que provienen de todas partes del mundo y sobre cuya composición se tiene poco o ningún conocimiento.

 La gama de mercancía importada bajo esta condición abarca  alimentos,  medicinas, cosméticos, prendas de vestir, joyas, juguetes  y otros de cuya composición y calidad no se tiene ninguna referencia, a no ser lo que está inscrito en las etiquetas o lo que afirman quienes los venden y promueven. La mayoría de estos productos se venden al público libremente. Adelgazantes y cosméticos están entre las fórmulas más promovidas, a pesar de carecer de registro sanitario.

Un país no puede darse el lujo de carecer de controles sobre lo que consume o usa la gente, sea de origen local o extranjero. Es un  riesgo sanitario enorme el hecho de que el público tenga acceso a productos cuya calidad, composición e inocuidad no está certificada por autoridad competente. La actualización de nuestros registros sanitarios debe constituir una prioridad en la política de salud.

Cobros al margen de la ley

Aunque las reglas del Sistema Dominicano de Seguridad Social están bien definidas y claras, son muy frecuentes los casos de médicos que hacen cobros extras por sus servicios a los asegurados. También abundan los casos de denegación de servicios que realmente están cubiertos por el seguro médico. Se trata de prácticas censurables que perjudican a los pacientes y constituyen una deslealtad a los compromisos asumidos con la seguridad social.

La titular de la Dirección de Información y Defensa de los Afiliados (DIDA), Nélsida Marmolejos, recomienda a los pacientes asegurados víctimas de esta práctica que lo denuncien ante las autoridades. A pesar de eso, la práctica ha continuado. El Colegio Médico Dominicano (CMD) y las sociedades que agrupan a especialistas deberían tomar cartas en el asunto y concienciar a sus afiliados para que cesen estas prácticas abusivas.

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