Un escocés por El Pomier

Un escocés por El Pomier

POR  DOMINGO ABRÉU COLLADO
Sin toques de gaitas ni faldita de cuadros rojos un escocés anda por El Pomier. Se trata de Ross Barclay, un joven voluntario reclutado por la organización británica “Eye to Eye” que decidió en su país venir a realizar trabajos voluntarios junto a los jóvenes oriundos de este paraje de la sección Borbón, en San Cristóbal.

Ya sabemos que fue en El Pomier donde se conoció por primera vez para Europa la existencia de cuevas con importancia rupestre. Ello aconteció con el reporte hecho por Sir Robert Schomburgk ante la Corona Británica en 1851, reporte en el cual Schomburgk habló de su descubrimiento en 1849 y que fue luego presentado ante la Sociedad Etnológica de Londres.

Pues Ross Barclay viene a ser el primer joven británico que llega a estas cuevas a darle seguimiento a lo que encontró Schomburgk, colaborando con la recuperación tanto de las cuevas como de su entorno, trabajando junto a los jóvenes del Pomier en las tareas de reforestación de las zonas exteriores, localizando grafitis para eliminar, extrayendo contaminantes sólidos del interior de las cuevas, relevando arte rupestre y enseñando inglés (británico) a los jóvenes del Pomier, principalmente la parte explicativa que habrán de exponer en su trabajo como guías de la Reserva.

La organización “Eye to Eye”, también conocida como “I-to-I”, recluta jóvenes de ambos sexos en Inglaterra y Escocia para enviarlos como colaboradores voluntarios a países que los acepten para trabajar junto a comunidades en labores de reforestación, salud, asistencia social, alimentación, manejo ambiental, educación y otros aspectos.

Los jóvenes voluntarios se cubren todos sus gastos, incluso su presencia resulta económicamente beneficiosa para las comunidades donde trabajan, pues éstos pagan tanto su alojamiento como su comida y transporte, canalizando así algunas entradas hacia las comunidades, como ocurre con los voluntarios de “Eye to Eye” que trabajan en las lomas de Bonao con la Federación de Campesinos Hacia el Progreso.

Estos voluntarios colaboran también con la preparación de senderos ecoturísticos, tanto en su preparación física como facilitando información sobre aspectos que interesan a la comunidad y a las organizaciones receptoras en relación con el manejo de grupos de visitantes, en este caso de visitantes británicos, pues mientras más se conoce sobre los visitantes y su idiosincracia mejor servicio se puede prestar.

Una de las características de los voluntarios de “Eye to Eye” es su empeño en “arreglárselas” por sí solos, tanto en cuestiones de transporte, búsqueda de orientación, entendimiento con las comunidades y otros aspectos que brotan al momento del contacto y que el voluntario se ve obligado a sortear sin ayuda local. En retribución, el voluntario recaba gran cantidad de información social, etnológica y antropológica, incluyendo naturalmente el conocimiento del idioma español y las formas dominicanas de expresión.

En principio, como ocurrió con Ross Barclay en El Pomier, la relación con el grupo comunitario es un poco cuesta arriba, principalmente a causa de la comunicación y de la diferencia cultural, escollos que son salvados luego a medida que pasa el tiempo y el voluntario se vincula con el grupo.

Entre los conocimientos que Ross Barclay obtiene de las Cuevas del Pomier está lo relacionado con el arte rupestre y la fauna que éstas albergan. Pero también Ross recibe conocimientos sobre el manejo del equipo de exploración espeleológica, de lo que se encargan los jóvenes organizados del Pomier.

Entre los jóvenes que participan con Ross Barclay destacan Carolina Michell Portes, Marlenis Corporán, Luis Encarnación, Luz Marsiel Corporán, Santo Castillo, Francis Portes, Víctor Corporán, Francisco Joel Corporán y Wagner Portes Corporán, entre otros.

Otros voluntarios llegarán al Pomier en un futuro próximo para trabajar en la construcción de la Capital Prehistórica de las Antillas, tanto procedentes de Europa como de los Estados Unidos. Posiblemente –si conseguimos alojarles con colaboradores de Santo Domingo– vengan al país dos voluntarios alemanes para trabajar también en El Pomier. Estos participarían en todos los trabajos en que se involucre la comunidad y facilitarían –como lo hace Ross Barclay– el conocimiento de su idioma de origen entre los jóvenes que participen con ellos.

El Pomier, y más ampliamente la sección Borbón, puede convertirse en la comunidad de mayor proyección internacional por su condición de Capital Prehistórica de las Antillas, lo que naturalmente atraerá más visitantes del mundo que cualquier otra zona de la República Dominicana, tanto para conocer esta “segunda capital” de la República Dominicana, como para entrar en contacto con el ambiente cultural indígena que guardan sus cuevas y con los actuales herederos de esa cultura inscrita en sus piedras para siempre.

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