Un espacio para la aventura infantil

Un espacio para la aventura infantil

El sueño de ser maestra y tener un colegio para niños, que en su infancia albergaba Ivette Haddad de Báez, no pudo materializarse. Lo más cercano a este ideal fue su especialidad profesional en ortodoncia infantil. Sin embargo, la larga familia de siete hermanos le ha permitido un contacto permanente con la niñez, representada en sus sobrinos y sus dos hijos, con los que comparte invariables retiros de fines de semana a diferentes campos del país para ofrecerles los encantos de la naturaleza virgen y hacerlos vivir la experiencia de practicar deportes y diversiones fuera del ambiente contaminante de la ciudad.

El encuentro con amigos, sus hermanos y su prole, la pasada Semana Santa, congregó a cerca de cuarenta niños y niñas que la conmovieron por el gozo con que escalaban montañas, se deslizaban por las chorreras de los ríos, nadaban en la piscina, se sumergían en el jacuzzi o trepaban a los árboles y montaban a caballo en la enorme residencia vacacional que poseen en Comatillo, un paradisíaco lugar que a pesar de contar con agua en tubería y servicio de electricidad, conserva impresionantes encantos ambientales que no ha alterado la mano del hombre.

De esas breves vacaciones le surgió a Ivette la idea de organizar un campamento de verano que además de la práctica de béisbol, rally a pie, voleibol, mini fútbol, juegos de mesa, natación, polo en burro, básquetbol, regatas, incluyera el ordeño de vacas, excursiones por todas las atracciones del entorno, fogatas, casas de campaña, siembra, creatividad, cocina para niñas, entre otras actividades.

Instaló aire acondicionado en todas las habitaciones y las amuebló para que los participantes, niños y niñas entre cinco y 15 años, puedan dormir y descansar cómodamente. Alrededor de treinta personas fueron contratadas como instructoras y monitoras y un destacado nutricionista, el doctor Carlos Montero, elaboró menús especiales para que los vacacionistas disfruten una comida balanceada. La joven profesional llamó “Campo Aventura” a esta congregación de la infancia que asegura será inolvidable.

Ivette, que está casada con el doctor Luis Báez, y es la madre de Miled Eduardo y Alejandro, de 11 y cinco años, habla entusiasmada del proyecto por el que ha dejado de vacaciones su consultorio. “Por sus estudios y el escaso tiempo de los padres, los niños apenas conocen el campo, la naturaleza. Aquí tendrán oportunidad de ser más independientes, socializar, jugar, disfrutar aire puro, bailar, jugar, entrenarse con profesores especializados y con mucha seguridad, las veinticuatro horas. Tendremos personal de la Cruz Roja, de Defensa Civil, salvavidas y un médico general que permanecerá en el campamento durante las seis semanas de duración”, significa, aunque hay padres que sólo enviarán a sus hijos por siete días.

Se incluirá transporte, exposiciones y ensayos diarios de baile para que cada sábado se presente un espectáculo de despedida a los que se marchan, con vestuarios especiales para “show de talentos”. “Vivirán la experiencia de dormir una noche en casa de campaña y de instalarlas y de salir a explorar con sus linternas por el entorno, a menos de cuatrocientos metros”, dijo.

Comatillo, explicó, es un campo cercano a Bayaguana y Monte Plata, comprendido en la zona de Los Haitises, de clima frío, vegetación espesa, tocado por inmensidad de pequeños ríos y arroyos que “dan la impresión de un paraíso”. Allí, dijo, “no sólo proporcionaremos seguridad, diversión, entretenimiento, sorpresas, sino que les brindaremos a los niños todo nuestro cariño”.

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