Un estudio sobre la Güira

Un estudio sobre la Güira

POR ALEXIS MÉNDEZ
Esta semana estuve en mis aguas. Me la pasé revisando el libro “Merengue en la cultura dominicana y del Caribe”, el cual recoge las memorias del Primer Congreso Internacional, Música, Identidad y Cultura en el Caribe, celebrado el 8, 9 y 10 de Abril del 2005 en el Centro León de la ciudad de Santiago.

Representantes de 13 países (músicos, musicólogos, melómanos, periodistas, entre otros) aportaron discursos, ponencias y testimonios, para conformar, sin temor a equivocarme, uno de los materiales más “serios” que ha tenido la musicología dominicana y del Caribe. La diversidad de criterio así lo indica.

Entre lectura y lectura, llamó mi atención la ponencia de Carlos Stasi, titulada “Ambigüedades en las representaciones de la güira dominicana”. Es el estudio más profundo que se ha hecho acerca de este instrumento que ha sido tan menospreciado, a pesar de ser tan dominicano.

El mismo libro te da una reseña de Stasi: “Compositor y músico brasileño. Conformó el Dúo de percusión Ello. Desde 1987 es profesor de percusión de la Universidad Estatal de Sao Paulo (UNESP)”.

El percusionista se refiere a generalidades del instrumento, su forma de ejecución, como se construye, del gancho con que se toca, del tamaño del instrumento: diferencias y preferencias, de su origen africano, y de la ambigüedad de su status social.

Este último aspecto me dejó muy complacido. Verdaderamente la güira y el güirero han sido marginados. Carlo Stasi comenta: “Mi investigación demostró que, mientras las percepciones de la güira han cambiado considerablemente en los últimos años, esos cambios ocurrieron básicamente entre personas que, de forma general, están relacionados con la música y el arte (músicos, fabricantes de instrumentos, artistas, intelectuales, etc.). Desde mi punto de vista, la mayoría de los dominicanos todavía considera la güira y su música, inferior. Al menos, esta fue la impresión que tuve en todas mis entrevistas y en conversaciones con personas viviendo en las áreas urbanas de Santo Domingo y San Francisco de Macorís”.

Leyendo a Stasi recuerdo mis años de adolescencia en los que acompañaba los merengues de Dionis Fernández y Alex Bueno con una güira. Aguanté burlas de mis amigos roqueros, muchos guitarristas y bateristas, y todo por tocar güira. Mi presencia solo hacia falta en los día pascueros, para que tocara la güira y la tambora en los aguinaldos. En esos mismos años, escuchaba como todos, en la calle y en los medios, se referían a Pablo Cruz (Pablito Barriga), güirero del combo de Johnny Ventura.

–Ese es el único güirero que vive como un rey. Tiene Casa con Piscina y carro de lujo, decía la gente. A esas percepciones se refiere Stasi. Es una inferioridad que la güira ha llevado a cuesta, la cual se patentizó con la tan recordada frase de l profesor Juan Bosch:

“El güirero no es músico”. A ello también se refiere el investigador brasileño.

Un estudio profundo, lo repito, sin negar que Fradique Lizardo, Paul Austerliz y otros autores que han escrito sobre el merengue y la música dominicana han hecho mención de este instrumento, que se utiliza en otros ritmos dominicanos y hasta en otros ritmos tropicales que se hace fuera de esta isla.

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