Un exceso que preocupa al país

Un exceso que preocupa al país

No se trata de algo nuevo. Más bien es un mal que ha persistido con perfiles que alarman. Que desdice del país y perjudica las finanzas del Estado; de un Estado que al mismo tiempo que hace esfuerzos por brindar mejor educación y de abrirse con recursos para los marginados del campo y la producción agrícola menor, gasta excesivamente en la permanencia de una nómina supernumeraria en el exterior. Con un alto porcentaje de “cobracheques” que ni siquiera asisten a sus funciones mientras la opinión pública reclama un uso más eficiente de los recursos fiscales en tierra dominicana. Porque mientras por allá se derrocha, aquí se necesita dinero para la solución de problemas puntuales como el desabastecimiento de hospitales, precaridad de la seguridad ciudadana, insuficiente estructura judicial y bajos sueldos a fiscales, entre otros.

Han salido a la luz más detalles sobre la forma en que las cúpulas de partidos en el poder logran repartir privilegiadamente los cargos en exceso para beneficiar a familiares, relacionados y seguidores de sus causas; una práctica clientelar que resulta más hiriente por la falta de pronunciamientos oficiales que indiquen que en la cúspide del ejercicio gubernamental hay voluntad para denunciar y cambiar esa realidad; situación que llevó al vespertino El Nacional a colocar un elocuente titular que preguntaba: ¿Es República Dominicana un país de diplomáticos… o de botellas?

INCUMPLIMIENTO QUE DICE MUCHO

Mientras un amplio sector de la nación, que incluye a Iglesias, conservacionistas y buena parte de la comunidad vegana, se opone en forma resuelta a que loma Miranda sea explotada con fines mineros, se ha puesto en evidencia (y hasta admitido por la parte involucrada) que los extractores de metales de la zona no han cumplido con restaurar la boscosidad en las dos lomas (La Peguera y La Ortega) que desmontaron anteriormente durante años.

Al defender sus propósito de extender las operaciones, prometen preservar para el futuro lo que no han cumplido en preservar tras sus acciones del pasado. Ante la responsable denuncia del Ministerio de Medio Ambiente sobre la incompleta labor de remediación se ha dado una excusa de poca validez sobre la supuesta posibilidad de seguir explotando un terreno ya diezmado. La no restitución de la vegetación no está convincentemene justificada.

 

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