Un explosivo fin de año

Un explosivo fin de año

Al concluir el 2016 varios sucesos naturales y humanos golpearon al país y al mundo de diversas maneras. Se trataba de regalos envenenados que tenía reservada la divinidad para estos días y para que los dominicanos no nos creyéramos que éramos los favoritos o algo especial en el planeta, también nos afectó de diversas maneras.
El triunfo inesperado de Donald Trump, el 8 de noviembre en las elecciones norteamericanas, ha sacudido al mundo en sus cimientos ya que se esperan grandes transformaciones que podrían alterar la paz mundial. Trump con sus ideas draconianas de proteger, según él, la economía y los empleos de país con acciones para frenar a los inmigrantes y hasta expulsarlos. Y con muro y todo para la frontera con México. Según él los Estados Unidos deben volver a la hegemonía de los descendientes de los sajones y aumentar su poderío nuclear.
Realmente con Trump liderando la nación más poderosa de la Tierra, el mundo avanza hacia una era apocalíptica que ni siquiera San Juan cuando escribió sus profecías podía imaginarse que se llegaría al punto, que de apretar un botón después del 20 de enero de 2017, destruiría el planeta en pocas horas. San Juan en su Apocalipsis no podía suponer que en aquellos tiempos de la era pre cristiana, que 21 siglos después, la humanidad había podido almacenar un poder de destrucción increíble y ahora con un presagio del anticristo del siglo XXI albergado en la Casa Blanca de Washington.
Como es normal en el país, la actividad política dominó el escenario. Aquí no se hizo nada si no estaba subordinado a alguna meta política que beneficiara a determinados sectores. Desde la reelección de Medina hasta la composición de la nueva Junta Central Electoral todo estuvo encajado en complacer sectores muy definidos y dejar tranquilos a otros sin tocarlos ni siquiera con una nueva reforma fiscal.
Uno de los últimos coletazos del reformismo moribundo ocurrió para ponerle sazón al lechón de las navidades con otra escisión. Esta puede ser el golpe definitivo de una entidad política que solo le quedará su apetitosa asignación de los mil millones de pesos de la Junta Central Electoral. Esa suma le abre los ojos a cualquier político ambicioso que busca medrar a la sombra de una suma de la cual no se rinden estados confiables a la Contraloría de la Nación y mucho menos a la Cámara de Cuentas.
En el partido gobernante, el PLD, con el tumultuoso reparto de cajas que han venido realizando las dos facciones del partido por todo el país revela los aprestos de un lanzamiento en la búsqueda de recuperar el trono perdido o mantenerlo. El presidente Medina ripostó con una innovación de las visitas sorpresas que tan exitosas han sido en los pasados cuatro años. Las visitas sorpresas apuntalan la presencia de un líder que, sin mucho hablar a las multitudes, sabe llegar al corazón de la gente humilde. Sabe atraerlos para mantenerlos cautivos ante tantos recursos para financiarles todo tipo de proyecto en el sector agrícola. Aparte de los diversos bonos que se otorgan a los sectores más necesitados. Ya casi no será necesario trabajar de sol a sol.
Y es que con tantos bonos, subvenciones y educación mejorando con la tanda extendida y almuerzo incluido provee a todos los padres lo necesario para no preocuparse para asegurar la manutención de sus hijos. El gobierno se ha convertido en el padrino de una sociedad que pese a tener el índice mas alto de crecimiento del continente, pero es donde existe la mayor desigualdad. Hay una abismal separación, entre el sector sumido en la pobreza a orilla de los ríos que sufren las consecuencias de sus crecientes, y el que disfruta de esos índices admirables de crecimiento en un país todavía pobre.
En el sector opositor al gobierno peledeísta-perredeísta del PLD y aliados, ha ido surgiendo una nueva fuerza con un tímido discurso muy incoherente que no reúne la fuerza de un opositor responsable. La timidez con que Abinader se presentó en algunas de las comunidades cibaeñas afectadas por las riadas, en especial del Yaque del Norte, fue algo simbólico. Por igual con sus almuerzos realizados en barriadas pobres indicaba que iba muy atrás de los repartos desordenados llevados a cabo por los políticos oficialistas, tanto el presidente dominicano como el del partido, en clara competición hacia la presea del 2020. Sin embargo, todavía se podría conformar una fuerza que haría sacudir al poderoso peledeísmo, casi fraccionado por el embrujo para desempeñar la Presidencia del país en el 2020.

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