Madrid, España.- Durante décadas los cantantes folklóricos españoles predominaron en el cancionero de esta nación, hasta que en 1960 un grupo de jóvenes provenientes de diferentes regiones revolucionaron la música popular con composiciones e interpretaciones con sonidos modernos, como las baladas románticas, que se convirtieron en éxitos nacionales internacionacionales. Nuevas voces con estilos diferentes dentro de la música pop se imponen en el gusto del público español, de tal forma, que los intérpretes folklóricos, pasan a un segundo plano, salvo algunos que se atreven a innovar su repertorio que les asegura el favor del público.

En medio del folklore y de la canción moderna, un fenómeno de masa fue un cantante de coplas, pasodobles y rumbas españolas, recientemente fallecido, Manolo Escobar, con temas de letras, muy simples, como aquellas de “Mi carro me lo Robaron”.

Alcanzó un grado tal de aceptación, que en varias ocasiones sus discos fueron los más vendidos en toda España, por encima de otros que le llevaban a Escobar, juventud y fama internacional como Raphael y Julio Iglesias. Escobar fue un artista de consumo totalmente español, salvo una o dos tres canciones que él interpretaba, como Viva España, y el Porompompón traspasaron las fronteras ibéricas, pero que no le abrieron las puertas al éxito internacional, como a muchos de sus compatriotas, por mencionar algunos de su generación más cercana la folklórica Lola Flores o, la llamada reina del cuplé, Sara Montiel, o los niños prodigios, Joselito y Marisol.

Qué decir de los precursores de las baladas modernas en España, primero Raphael, luego Julio Iglesias, Nino Bravo, Joan Manuel Serrat, Camilo Sesto, Juan Bau, Rocío Jurado, Rocío Durcal, Paloma San Basilio, Víctor Manuel, Ana Belén, Mari Trini, Juan Pardo, Emilio José, Miguel Ríos, José Luis Perales entre otros. Sin embargo, Manolo Escobar fue una especie de símbolo en su patria, donde toda una generación le adoraron.