Como esta semana finaliza el año 2011 y comenzará el 2012, que sobre todo en lo político tendrá una importancia extrema para todos los dominicanos, en especial para los que propugnamos por un cambio, es aconsejable hacer una revisión completa de las tareas pendientes y evitar, por las razones que fueren, desaprovechar la oportunidad para buscarle solución, entendiendo que solución no es solamente lograr lo que se quiere, sino que solución puede significar, despejar cualquier incógnita o dejar las cosas claras.
Y aunque en política al igual que en la pelota hay reglas que no están escritas en ningún librito, hay aspectos estratégicos que por ser considerados lógicos deben ejecutarse en el momento en que el dirigente lo entienda conveniente, sin necesidad de anunciarlo, pues parte del éxito de una estrategia radica en el factor sorpresa.
Menciono la pelota, pues en la búsqueda de soluciones a los asuntos políticos pendientes, cabe recordar lo que se dice comúnmente en esa actividad cuando los juegos se encuentran abiertos, o sea, con diferencias grandes, o incluso cuando la diferencia no es tan grande, en el sentido de que hay que ser cuidadosos, pues una combinación de ofensiva de los contrarios con algún error de esta parte, podrían cambiar el marcador o por lo menos acercarlos.
Por tales razones, cuando se está arriba en el marcador, el famoso librito como la lógica recomiendan fortalecer la defensa para que las jugadas de rutina se ejecuten y evitar que los rodados y los elevados se conviertan en hit; pero además, estar atentos para determinar si un lanzador luce cansado o descontrolado, pues habría que sustituirlo, al igual que combinar bien los lanzadores zurdos y derechos según los bateadores.
Cuando los contrarios están abajo en el marcador, lo que hacen es tratar de mejorar la ofensiva y recurren a jugadas de cualquier tipo, incluyendo: ser pacientes en el plato para aprovechar cualquier descontrol del lanzador, ejecutar toques para avanzar los corredores con menos de dos out, e incluso recurren a jugadas suicidas si con ello piensan que cierran el marcador, porque el que está abajo puede darse el lujo de realizar jugadas arriesgadas, no así quien está arriba.
Al finalizar el año, hay que revisar las cosas pendientes, ponderar las posibles consecuencias, y si a juicio del dirigente da un saldo positivo y contribuye a mantener su equipo arriba o a fortalecer la distancia frente a los contrarios, debe ejecutarlas, ahora o a principios del año.
Desde siempre se ha dicho que no hay peor diligencia que la que no se hace. Por esas razones casi siempre a finales de año se aconseja hacer un listado de todas las cosas pendientes a fin de solucionarlas y si no es posible por algunas razones, ponerlas en primer lugar para tratar de buscarle solución en los primeros días del año siguiente.
Y aunque para algunos resulte una recomendación consabida, mucho más razón para ponerlo en práctica. Felicidades.