Un gallo “morao” con el rabo “colorao”

Un gallo “morao” con el rabo “colorao”

El Partido Reformista Social Cristiano hace tiempo que se fue a la tumba, junto a su líder Joaquín Balaguer. Hubo alguien que, antes de fallecer el doctor Balaguer, pronosticó que con su deceso el PRSC desaparecería, porque a partir de entonces cada quien buscaría “su ración de arepa”, como dicen los banilejos.

Tras la muerte de Balaguer, el PRSC solo ha servido como “bisagra”, como lo es ahora que gobierna el Partido de la Liberación Dominicana. Para muchos resulta increíble que la organización que durante más de dos décadas aglutinó a la mayoría de los votantes dominicanos, especialmente a los campesinos, se haya convertido en una verdadera entelequia, donde solo predomina el afán de tener acceso a un cargo público, con todas las ventajas que esto conlleva.

Es cierto que en el partido “colorao” hay voces disidentes, entre ellas las de Ito Bisonó, Amable Aristy Castro y Roberto Martínez, quienes consideran que la sobrevivencia de la organización dependía de que trazara su propia ruta, puesto que los viejos dirigentes, los llamados “viejos robles”, o están muertos o no tienen la capacidad de convocatoria que tenían antes.

En esta ocasión, como en otras anteriores, la dirigencia principesca del PRSC ha decido apoyar al PLD y sus aliados, en franca muestra de que desea continuar apegada al Poder, que todavía se ignora si se mantendrá. Solo la verdadera encuesta del 20 de mayo próximo lo dirá, siempre que sean pulcras y transparentes, como es el deseo de todos.

Creemos firmemente que esa tercera fuerza que era el PRSC desapareció, como se dispersa una voluta de humo en una ventisca. En una situación así, lo que queda es un bipartidismo que en nada resulta bueno para la democracia, aunque pueda haber resultado exitoso en otras naciones.

En el país hay varias fuerzas emergentes dignas de atención. Su único problema es que no se han puesto de acuerdo en escoger un candidato que las represente, como se hizo hace poco en Venezuela. En esos partidos hay una gran variedad de fuerzas ideológicas, entre ellas un importante sector progresista con más de un potencial candidato a la presidencia de la República. Esa es, precisamente, la causa de que no se hayan puesto de acuerdo, aunque a través de los medios de comunicación pregonan la solución de los problemas nacionales.

La falta de unidad en ese sector le conviene al bipartidismo, pues al encontrarse difuminados, los representantes que encarnan las ideas progresistas solo podrían aspirar a conseguir unos cuantos votos. Si continúan así, les pasará lo mismo que al PRSC: sencillamente desaparecerán con el tiempo, pues hasta ahora es imprevisible que surja otro líder que concite la atención del pueblo dominicano, para constituir una verdadera tercera fuerza electoral.

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