Un gobierno carcomido desde dentro

Un gobierno carcomido desde dentro

Resulta preocupante, para los ideólogos y forjadores de imagen del gobierno del PLD, enfrentar con imparcialidad y honestidad el acelerado deterioro de la popularidad del gobierno, que en los pasados meses ha ido en un declive acentuado y sorprendente, después de haber estado en el tope de popularidad hace menos de un año.

 Para los orgullosos peledeístas,  sus consejeros y su abultado cuerpo de comunicadores mediáticos,  todos imbuidos de una gran prepotencia y de bolsillos abultados, les resulta  imposible descender de sus pedestales para darse cuenta en donde radican sus debilidades y errores, que han provocado  el resurgimiento arrollador de un político, que al salir del poder en el 2004 se le descartaba para el futuro electoral.

 Si hubieran deseos de enmendar actuaciones, y abrevar de lo que dicen los medios de información,  los peledeístas quizás tuvieran tiempo para mejorar su imagen y asegurarse su prolongación en el poder más allá de agosto del 2012. Desgraciadamente, para ellos, el tiempo se les acorta debido a ese pasado turbulento de trapisondas en contra del erario y que el pasado sábado 9 Diógenes y Boquechivo, en la caricatura de Diario Libre, lo plasmaron en una imagen de antología y emblemática de la realidad que  ha llevado  al partido oficial a perder la mística de sus inicios.

 Desde el 2004, los peledeístas, al retornar al poder y encontrar una calamitosa situación económica  dejada por el PRD en su desafortunado paso por la primera administración política del siglo XXI,  se afanaron admirablemente para frenar el desplome de la economía. Con valerosas e inteligentes medidas y el respaldo del FMI, las autoridades económicas, contando con un fuerte Banco Central, rescataron en pocos meses la economía y la llevaron otra vez por senderos de crecimiento sostenibles, que por varios años y hasta el 2009 superaron el 7% de crecimiento anual.

 Paralelamente al esfuerzo salvador de la economía del país, se desarrollaba un laborantismo de  aprovechamiento ilegal de los recursos del Estado. En pocos años, sectores políticos  del PLD y sus aliados, acumularon considerables fortunas con más fuerzas que las llamadas tradicionales caracterizada por Boquechivo en su caricatura.

 La locura de los asaltos a los recursos públicos no se detienen. Es una burla pública organizar viajes internacionales, que antes se realizaban en aviones ejecutivos de no más de 15 pasajeros  y ahora en jet 737 de más de 100 pasajeros, que pueden llevar comitivas que beben, comen y pernoctan en hoteles de lujo junto al Presidente, en sus viajes improductivos que nada aportan, sino tan solo una sangría en dólares que bien pudieran haberse invertido  en enfrentar el avance del cólera  o frenar el deterioro de las escuelas o ponerle atención a la tragedia en torno al lago Enriquillo.

 No hay límites para la voracidad del PLD, que viendo el aumento del rechazo de la población y amenazando a su candidato presidencial, que bien pudiera estar a otros niveles de aceptación,  por ser un político que no tiene  cola como muchos de sus compañeros. Estos no escarmientan y mantienen su rumbo de malgasto y agresividad con los recursos, como el más reciente  y abortado ataque para otorgar de grado a grado la construcción de la carretera fronteriza como premio a un empresario  a quien se le agradecería favores concedidos a todo lo largo  de las gestiones moradas.    

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