Un Gobierno con política fiscal y monetaria pro empleos y pro iniciativa privada

Un Gobierno con política fiscal y monetaria pro empleos y pro iniciativa privada

Arturo Martínez Moya

Las estadísticas soportan lo que dijo el presidente Luis Abinader, que su Gobierno privilegia la política fiscal y monetaria pro empleos y pro iniciativa privada. En efecto, con un crecimiento a velocidad de crucero en 2021, en menos de un año la economía recuperó el PIB que perdió durante la crisis sanitaria de 2020.

Y como las actividades económicas mantuvieron su ritmo, lo que habla muy bien de la calidad de las políticas, el PIB creció alrededor de 5% en 2022, no obstante, el aumento de los riesgos y deterioro de perspectivas mundiales, lo que permitió terminar de recuperar los empleos que se destruyeron, la cantidad de 469,494, el 10% del total (4,716,189), desde diciembre de 2019 hasta junio de 2020.

El que tuvimos fue un comportamiento coherente con lo que nos cuenta la historia económica mundial, primero se recupera el PIB y luego el empleo, en nuestro caso este último por el mayor ritmo de crecimiento de la demanda del factor trabajo de las empresas respecto al aumento de la fuerza de trabajo o población económicamente activa, lo que redujo la tasa de desempleo de 5.8% en diciembre de 2019 a 4.8% en septiembre 2022.

Te puede interesar: Importancia de la histórica acumulación de reservas internacionales netas por US$14,436.50 millones

Está pendiente iniciar el proceso de aumentos del salario nominal para en el menor plazo posible recuperar la perdida acumulada de dos dígitos (10%) del poder adquisitivo del salario, porque como lo ha reiterado el presidente Abinader contribuirá a reducir la desigualdad y la injusticia social.

Acumulado el salario nominal (ingresos por horas trabajadas a la semana) creció 10% desde julio-septiembre 2020 al mismo trimestre de 2022. Al compararlo con la inflación acumulada de 17%, se concluye que el salario perdió 7% de poder adquisitivo (variación real entre ambos aumentos). La caída acumulada fue superior, de 10%, porque la cantidad de horas trabajadas a la semana aumento un 3%, lo que en la práctica es reducción de salario.

Si se redujo el salario real del trabajador, ¿quién, entre empresa y gobierno, se benefició de la distribución del ingreso que produjo el aumento real del PIB en el periodo?

De entrada, la respuesta es “los márgenes empresariales”, porque fue positivo en 15% la diferencia entre el aumento de 5.6% de la productividad aparente del trabajo (crecimiento del PIB de 9% menos crecimiento del empleo de 3.4%) y la reducción de 10% del costo laboral real (ingreso del trabajador).

Pero no fue de esa manera, se benefició, principalmente, fue el fisco con el aumento de la recaudación del impuesto a la producción en el periodo.

El 2023 nos llega con pronósticos muy malos sobre el crecimiento de la economía y el empleo mundial, la buena noticia es que los Organismos Internacionales nos sacan la comida aparte en cuanto al crecimiento del PIB, estiman entre 4.5% y 4.9%, no obstante, las incertidumbres y riesgos en ascenso.

Lo que debemos tener presente es que, probablemente sin pretenderlo, pronostican un crecimiento neutral para el empleo, lo digo porque la media se ubica en el umbral donde nuestra economía no crea ni destruye empleos productivos, el lector lo puede comprobar analizando las estadísticas del crecimiento del PIB y el empleo de los últimos diez años. Por eso y otros motivos tengo otro criterio en cuando al crecimiento de este año.

Publicaciones Relacionadas