Dentro de los datos contenidos en la reciente encuesta Gallup –Hoy, llaman la atención dos renglones descriptivos de la gestión del Presidente Danilo Medina: “un gobierno diferente” y un desempeño “mejor de lo esperado”.

El 72% de los entrevistados ha percibido la administración Medina diferente al ejercicio del ex Presidente Leonel Fernández, destacándose que el 46% la consideró “muy diferente” y el 26% “bastante diferente”.  (Aquí me pierdo, porque las expresiones “muy” y “bastante” son sinónimas, iguales a mucho, abundante, harto, demasiado y excesivo). Solo el 25% encontró semejanza entre ambos.

En cuanto al segundo renglón, el 60.5% de los entrevistados estima el corto periodo de Medina “mejor de lo esperado”, 19% dice que es igual y 18% considera  que ha sido “peor”.

Vayamos por partes. Diferente significa diverso, distinto. Hay diferencias naturales y deliberadas, las cuales surgen del interés de distinguirse, de no ser igual, de estar en desacuerdo.

Aunque los encuestados no concretizan las diferencias, es fácil inferirlos del estilo de ambos gobernantes, el énfasis en la lucha contra la pobreza, el manejo presupuestario equitativo, la austeridad y la ausencia, hasta ahora, de escándalos de corrupción.

Resalto el hecho de que la percepción de los encuestados se produce a pesar de que el Presidente Medina ratificó en sus puestos a una buena parte del gabinete anterior,  y, que por ejemplo, es el mismo equipo económico heredado del ex Presidente Fernández el que  se ha ajustado al estilo, orientaciones y relativa severidad del Presidente Medina.

Que una mayoría, en pose sorprendida, estimase la actuación de Medina “mejor de lo esperado”, se debe al efecto de subestimarlo, pues desconocen que en las acciones más difíciles es donde se encuentra la gloria. Mejorar significa pasar de un estado bueno a otro mejor.